María Fernanda Cabal y la lucha por la candidatura presidencial en el Centro Democrático

A la senadora María Fernanda Cabal, originaria de Cali y con 59 años, no le faltaban motivos para considerarse la favorita para la candidatura presidencial del Centro Democrático. En las elecciones de 2022, fue la congresista mujer más votada y ha acumulado una destacada trayectoria en 11 años de trabajo legislativo, convirtiéndose en una figura clave de la oposición al gobierno de Gustavo Petro. Sin embargo, el lunes se anunció que la senadora Paloma Valencia sería la candidata oficial del partido fundado por Álvaro Uribe, un giro inesperado en lo que muchos consideraban una victoria inminente para Cabal.

Dudas sobre el proceso de elección

Tras conocerse la decisión, Cabal expresó sus reservas sobre la transparencia del proceso, solicitando una auditoría pública de las encuestas que determinaron a Valencia como candidata. Aunque el partido accedió y publicó los resultados junto con una auditoría externa, esto no fue suficiente para appease a Cabal, quien afirmó que tales encuestas eran “antipáticas” y “antidemocráticas”. A pesar de manifestar su apoyo a Valencia, sus críticas han abierto fisuras dentro del partido.

Un congresista del Centro Democrático comentó: “Cabal es la única que ha generado inquietudes sobre el proceso, mientras que Paola Holguín, la otra precandidata, se ha limitado a felicitar a Paloma”. Sin embargo, descartó la posibilidad de una rebelión interna, enfatizando que el partido se mantiene unido en torno a Valencia, con el presidente Uribe como eje central de autoridad.

La incertidumbre de Cabal en el panorama electoral

La elección de Valencia deja a Cabal fuera de las carreras electorales para la Presidencia y el Congreso el próximo año, una situación que ha suscitado coqueteos con el candidato ultraderechista Abelardo de la Espriella. Este, en un gesto de apoyo, envió un mensaje a Cabal: “A la doctora, un mensaje afectuoso y patriótico: hay más futuro que pasado, generala”. Un congresista vinculó su amistad con De la Espriella y advirtió que, si Cabal decidiera cambiar de rumbo, tendría que renunciar tanto al partido como a su curul.

A pesar de su malestar, Cabal ha descartado la idea de dejar el partido, aunque ha exigido mayor transparencia: “Quiero que el partido tenga la altura y la transparencia de mostrar unos resultados para una base electoral fuerte”, reafirmó en una entrevista reciente.

Controversias familiares y nuevas críticas

Paralelamente, un nuevo escándalo envuelve a Cabal. El periodista Daniel Coronell reveló que su hijo, Juan José Lafaurie Cabal, accedió a subsidios del fondo estatal Finagro, algo contradictorio con las críticas de la senadora a los subsidios estatales. Lafaurie solicitó cerca de 95 millones de pesos, alegando ser un pequeño productor agrícola, mientras su padre se encontraba en la junta de Finagro. El Ministerio de Agricultura ha comenzado una investigación sobre el caso. Ante las preguntas de la prensa, Cabal se distanció del asunto, sugiriendo que su familia debería dar explicaciones.

La soledad de Cabal en medio de cambios

Cabal se enfrenta a una creciente soledad. Aparte de ser la única en su bancada en criticar la elección de la candidata, ha tenido roces con su aliado Miguel Polo Polo, quien se ha unido a la campaña de De La Espriella. La tensión entre ambos creció, ya que Cabal le reprochó que su curul le debía a ella, mientras Polo Polo contestó que la amistad se rompió debido a la inclusión de una persona en su equipo que buscaba su “muerte política”.

Críticas al liderazgo de Uribe

Las críticas de Cabal han alcanzado a los altos mandos del partido, incluyendo al expresidente Uribe. En su reciente entrevista, Cabal cuestionó la estrategia del exmandatario de reunirse con candidatos de otros partidos, sugiriendo que esto podría confundir a los votantes. “Flirtear y sacarse fotos con otros genera confusión en el elector”, advirtió.

Inicio de la campaña de Paloma Valencia

A pesar de las controversias, Paloma Valencia ha comenzado su campaña, realizando una gira por varias ciudades del país, incluida Barranquilla, donde estuvo acompañada por Uribe. El expresidente enfatizó la transparencia del partido y afirmó que no se había hecho trampa en el proceso electoral. Su mensaje busca tranquilizar a la base electoral del Centro Democrático ante las críticas y los rumores de descontento interno.