Mauricio Hernández Norambuena, conocido como el “comandante Ramiro”, se convirtió en un personaje controvertido de la historia reciente de Chile tras su fuga en 1996 de la Cárcel de Alta Seguridad de Santiago. Escapó junto a otros tres miembros del Frente Patriótico Manuel Rodríguez (FPMR) y desde entonces deambularía por diversos países latinoamericanos, incluyendo Cuba, Nicaragua, El Salvador, Argentina y Uruguay, antes de ser capturado en Brasil por el secuestro del empresario Washington Olivetto. Tras casi veinte años de confinamiento, fue extraditado a Chile, donde actualmente cumple su condena por el asesinato de Jaime Guzmán y el secuestro de Cristián Edwards, entre otros crímenes, en la Cárcel de Rancagua.
La escritora Nona Fernández ha explorado la complejidad de este personaje en su libro Marciano (Random House, 2025), donde intenta desentrañar la figura del guerrillero mitificado y del secuestrador reincidente. La novela se sumerge en la biografía de Hernández Norambuena, desde su infancia en Valparaíso hasta su implicación en el atentado a Pinochet, su cercanía con otros frentistas en la dictadura, y su rol en el asesinato de Guzmán y el secuestro de Edwards, el hijo del dueño de El Mercurio.
Revisando el Legado de un Guerrillero
Fernández utiliza su narrativa para cuestionar la glorificación de los frentistas, que algunos en la izquierda consideran revolucionarios puros. A pesar de esto, la autora se plantea preguntas complejas sobre las acciones de Hernández Norambuena: ¿por qué el FPMR continuó operando tras la derrota de Pinochet en el plebiscito? ¿Cuáles fueron las motivaciones detrás de la violencia ejercida? A través de estos cuestionamientos, la autora enfrenta la controversia de su tema, presentando una mirada crítica hacia las justificaciones del uso de la violencia.
Un Juego de Ficción y Realidad
La estructura de Marciano es arriesgada, pues entrelaza hechos históricos con una narrativa ficticia, lo que permite una exploración más profunda de los personajes. Los diálogos entre “N” y “M” no son solo conversaciones entre la autora y el prisionero, sino intercambios entre dos personajes imaginados que reflexionan sobre sus acciones. Además, la voz de los muertos, aquellos que fueron parte de la vida del guerrillero, se incorpora para revelar sus motivaciones, temores y conflictos internos.
A través de este enfoque, la novela plantea un debate sobre la complejidad del mal. Preguntas como la legitimidad de las acciones bajo el paraguas de un ideal revolucionario surgen, interpelando al lector sobre la naturaleza de la violencia y la memoria histórica. La obra invita a reflexionar sobre cómo las narrativas de los militantes pueden ser tratadas con un enfoque más matizado, destacando la disolución de la identidad resultante de la vida clandestina.
Una Mirada a la Historia de Chile
Nona Fernández ha consolidado su reputación como una de las escritoras más importantes del panorama literario chileno. Su trabajo anterior, incluyendo Space Invaders y Chilean Electric, ha examinado cómo los horrores del pasado se entrelazan con lo cotidiano, y en Marciano, continúa esta exploración al enfocarse en la figura de un personaje incómodo. Sin embargo, la narrativa también revela que muchos problemas de la historia reciente de Chile permanecen sin resolver y que el reconocimiento del mal debe extenderse más allá de las divisiones políticas convencionales.
El talento de Nona Fernández se manifiesta en su capacidad para abordar temas difíciles a través de una narrativa creativa, haciendo que Marciano funcione tanto como historia de un guerrillero como un examen profundo de la memoria y la violencia en la sociedad chilena.