Al menos 14 personas han perdido la vida en El Callao, un pueblo minero del estado Bolívar, en el sur de Venezuela, tras sufrir inundaciones provocadas por intensas lluvias. Estas torrenciales precipitaciones han afectado especialmente a las áreas selváticas donde se realiza la extracción de oro. El agua desbordada ha llegado a las cuevas y socavones en los que trabajan los mineros, justo en un momento en que el país enfrenta una serie de tormentas tropicales.
Las autoridades regionales, junto con Protección Civil y cuerpos de seguridad, han llevado a cabo labores en la zona. Gregory Acevedo, presidente de la Zona Operativa de Evaluación de Daños y Análisis de Necesidades, informó que los trabajadores se encontraban en tres lugares distintos del complejo minero Cuatro Esquinas de Caratal, a aproximadamente cinco minutos de El Callao, que se localiza a 12 horas de Caracas.
Las víctimas están atrapadas en cilindros colados en las áreas de extracción, que tienen varios metros de profundidad. Hasta el momento, no han podido ser rescatadas o identificadas.
Acevedo comentó que están realizando esfuerzos para recuperar a los atrapados y obtener un balance sobre la magnitud de esta tragedia. «La primera fase de las obras consiste en bombear el agua de los pozos para reducir el nivel y luego evaluar las labores de rescate», aseveró.
Según reportes preliminares de otros mineros, 11 personas fueron sorprendidas por el desbordamiento del agua después de más de cuatro horas de lluvias. En medio de la confusión, varios descendieron al lugar donde se encontraban las motobombas, lo que resultó en la muerte de tres más.
El Callao forma parte de una serie de pueblos mineros en el sur del estado Bolívar, una región selvática vinculada con la «fiebre del oro». Muchos ciudadanos de diferentes partes del país acuden a estas minas en busca de empleo y oportunidades de riqueza inmediata, tanto en empresas estatales como privadas.
En los últimos años, el crimen organizado ha proliferado en estas áreas, siendo testigo de enfrentamientos violentos entre bandas armadas y fuerzas del Ejército, especialmente durante la apertura minera promovida por el chavismo. Además, han surgido múltiples testimonios sobre la presencia de guerrillas colombianas en la región.
El gobierno de Nicolás Maduro ha declarado las zonas auríferas como «estratégicas», buscando así incrementar la producción de oro local y atraer inversiones de empresas tanto nacionales como internacionales. Después del petróleo, el oro se ha convertido en una crucial fuente de ingresos para el fisco chavista. Sin embargo, estas inversiones también han generado serios impactos ambientales en la selva amazónica venezolana y han profundizado problemas laborales y sociales en la región.