El Baskonia enfrenta tiempos difíciles y busca la recuperación
En los últimos años, el Baskonia ha visto cómo sus días de gloria en la Liga ACB, la Copa del Rey y la Euroliga se desvanecían. Este equipo histórico, que ocupa la cuarta posición en la tabla de campeonatos de la ACB con seis títulos, ha estado ausente en tres de las últimas cuatro Copas. Además, sufrió la sorprendente eliminación del playoff ACB hace apenas dos temporadas, una situación inédita en sus 40 años de historia.
Desde su último título, conquistado en la burbuja de Valencia en 2020 bajo la dirección de Dusko Ivanovic, el club ha vivido seis cambios en el banquillo. El más reciente, Pablo Laso, fue contratado por tres años, pero fue destituido tras solo una temporada. Su reemplazo, Paolo Galbiati, ha tenido un inicio complicado en la Euroliga, con un récord de 0-6 que solo se mejoró esta semana con una victoria sobre Dubai. A pesar de este ligero respiro, el camino hacia la recuperación es largo, con un crucial partido contra el Anadolu Efes programado para el viernes en la Euroliga y un enfrentamiento en la ACB contra el líder, Tenerife.
La presión y el compromiso de Tadas Sedekerskis
Tadas Sedekerskis, capitán del Baskonia y nativo de Nida, Lituania, ha hablado sobre la presión que siente en este momento crítico para el club. «En el Baskonia siempre ha sido importante ganar. La afición espera que compitamos en lo más alto, y eso crea una presión adicional», afirma el jugador de 27 años. A pesar de los desafíos, Sedekerskis se muestra comprometido con llevar al equipo a mejores días.
Sobre su rol como capitán, Sedekerskis destaca la necesidad de gestionar la presión. «Cuando no funcionan las cosas, sufres. Mi relación con Vitoria es profunda, y quiero que el equipo gane por su gente», añade. El modo en que ha lidiado con estas tensiones refleja la importancia de la salud mental en el deporte, un aspecto que ha adquirido relevancia en la conversación contemporánea.
El impacto de los cambios constantes
La rotación constante de jugadores y entrenadores también ha sido un factor complicado para el Baskonia. Sedekerskis reconoce que la llegada de nuevos miembros al equipo puede dificultar la cohesión, pero enfatiza la necesidad de mantener la identidad ganadora del club. «Siempre ha sido un equipo grande con mucha historia. Es vital que todos comprendan el peso de esta camiseta», insiste.
El capitán también mencionó que la presión personal afecta su rendimiento en la cancha. «Es un compromiso que siento profundamente. La gente aquí merece ver al mejor Baskonia», argumenta. A pesar de las críticas y la presión, está dispuesto a trabajar arduamente para revertir la situación actual.
Reflexiones sobre el liderazgo y la camaradería
Sedekerskis ha reflexionado sobre la salida de Pablo Laso, a quien considera una figura importante en su carrera. «Fue doloroso; había muchos vínculos emocionales. Pero entiendo que el deporte a veces requiere cambios», señala. El nuevo entrenador, Paolo Galbiati, se ha mostrado intensamente comprometido, lo que ha generado entusiasmo en el equipo, según Sedekerskis. «Él trabaja muy duro y transmite esa energía a los jugadores», comenta.
Aunque el Baskonia enfrenta un futuro incierto, Sedekerskis se mantiene optimista y asegura que, si el equipo trabaja unido y con determinación, podrán superar los momentos difíciles. «La historia del Baskonia está llena de altibajos. Estamos unidos y listos para recuperar nuestro lugar en el baloncesto europeo», concluye.
 
															 
															 
         
         
         
         
         
         
        