“Servicio Militar Voluntario en México: Nudos, Rapel y Primeros Auxilios para Mujeres”

“Servicio Militar Voluntario en México: Nudos, Rapel y Primeros Auxilios para Mujeres”

Karina Landa: Una Historia de Voluntariado en la Secretaría de Marina

Karina Landa, originaria de Veracruz, decidió inscribirse como voluntaria en el servicio militar de la Secretaría de Marina (Semar) a los 32 años. Con un título en la Facultad de Artes y Diseño de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), Landa anhelaba experimentar el ambiente militar, lo que la llevó a tomar la decisión de unirse. “No me quise quedar con la espinita”, comentó, convencida de que la peor respuesta que podría recibir era un rechazo.

Primeros Pasos en el Servicio Militar

Su primer día en la Semar lo recuerda con emoción. Vestida con una playera blanca, pantalón de mezclilla y un chanchomon azul, Landa llegó a las instalaciones donde, durante un año, asistiría los sábados de 8:00 a 14:00 horas. Optar por la Semar en lugar del Ejército fue una elección motivada por la percepción de que la Marina es más “empática y humanista”. Se sentía especialmente conectada con esta rama de la Armada dada su procedencia.

La Experiencia de Ser Voluntaria

En la Semar, Landa y otros 600 voluntarios, de los cuales 20 eran mujeres, fueron divididos en “compañías” según su estatura. Las reglas eran iguales para ambos géneros y no existía un trato preferencial para las mujeres. “Si llegabas a tener tres faltas, al igual que los chicos, te daban de baja”, explicó Landa, enfatizando que la equidad era parte fundamental de su formación.

Actividades y Aprendizajes

Cada jornada incluía una variedad de actividades, como el pase de lista, acondicionamiento físico y clases teóricas. Uno de sus momentos favoritos fue el izado de la bandera, que comenzaba con una emotiva ceremonia en la que se rendían honores. Recuerda que aunque todos los voluntarios enfrentaban requisitos similares, las mujeres no se sentían en desventaja.

Las capacitaciones abarcaron desde defensa personal y primeros auxilios hasta técnicas de rescate, siendo el rappel su actividad predilecta. “Estábamos súper cuidados; nos ponían casco y arneses”, añadió, haciendo hincapié en la seguridad que se proporcionaba a todos los participantes.

Contribución a la Comunidad

Además de las enseñanzas prácticas, Landa participó activamente en labores comunitarias, como la recolección de despensas durante desastres naturales. A pesar de que las generaciones anteriores recibieron adiestramiento en el uso de armas, ella no tuvo esta experiencia debido a las nuevas medidas de seguridad implementadas por la Semar.

Un Reconocimiento Tardío

Su paso por la Semar coincidió con la presidencia de Enrique Peña Nieto, a quien tuvo la oportunidad de saludar durante un desfile militar. A pesar de las dificultades que enfrentó para asistir a los ensayos debido a su trabajo, nunca dudó en priorizar su compromiso.

Al final de su año de servicio, Karina y otras 16 compañeras recibieron un diploma reconociendo su voluntariado. Recientemente, se estableció la expedición de cartillas militares para mujeres que realizaran este servicio, un avance significativo que Landa celebró como un paso hacia la igualdad en el reconocimiento del trabajo de las mujeres en las fuerzas armadas.

A sus 44 años, Karina Landa continúa orgullosa de su decisión de servir, resaltando los valores y la disciplina adquiridos durante su formación. Aunque su intento por unirse a la infantería no prosperó, su trayectoria no se detuvo, convirtiéndose en brigadista y graduándose como paramédica en el Instituto Politécnico Nacional (IPN).

La experiencia de Landa en la Semar no solo moldeó su carácter, sino que también refleja un cambio positivo en la percepción y reconocimiento del servicio militar femenino en México.

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