Salud para los Sin Hogar: Una Luz de Esperanza en Bogotá

Salud para los Sin Hogar: Una Luz de Esperanza en Bogotá

En las noches bogotanas, cuando la ciudad se convierte en un vasto dormitorio, millones de personas regresan a sus hogares, mientras un grupo significativo de habitantes de calle deambula por sus calles, enfrentando un dolor diario. Luis Hernández, un hombre de 57 años, es uno de ellos. Arrastra una carreta de reciclaje de aproximadamente 100 kilos, a pesar de una herida profunda en su mano derecha. Su perro, Vladímir Putin, se convierte en su fiel compañero, lamiendo la herida que lo acompaña en su andar solitario. Hernández vive en la calle desde hace casi tres décadas, un reflejo desgastado del paso del tiempo con su cuerpo cubierto de llagas y marcas de sufrimiento.

Desafíos de la salud en la calle

“No merezco asomar la cara para que me den nada”, dice Hernández, en un claro reflejo de la desconfianza y el estigma que enfrentan los 10.478 habitantes de calle en Bogotá. Muchos de ellos minimizan sus dolores y se sienten indignos de buscar atención médica. Para contrarrestar esta situación, brigadas de salud han comenzado a llevar servicios médicos a las calles, facilitando la atención que muchos no se atreven a solicitar.

Diego Ojeda, médico y líder sanitario de una brigada móvil, menciona que «muchos sienten que no merecen atención». La brigada sale tres veces por semana, comenzando sus recorridos alrededor de las ocho de la noche por zonas de bajos ingresos como Tunjuelito. En una reciente jornada de salud, Hernández fue uno de los primeros identificados. Un equipo médico le tomó la presión, limpió su herida y registró sus dolencias. La vacuna contra el tétanos fue otro paso necesario en su atención, vital para prevenir complicaciones de salud.

Prevención y atención médica para la población vulnerable

Además de medicamentos básicos, la brigada también suministra vacunas contra la influenza, tétanos y hepatitis B, cruciales en un contexto donde las enfermedades emergen con facilidad entre la población en riesgo. Roberto Angulo, secretario de Integración Social, respalda esta iniciativa, que busca eliminar las barreras de acceso a la salud para las personas en situación de calle, ofreciendo atención inmediata y facilitando el acceso a servicios médicos.

Desde el inicio de este convenio en julio, se han realizado 40 recorridos, beneficiando a 724 habitantes de calle, lo que representa un 7% del total en solo tres meses. Un caso emblemático fue el de Mardoqueo Bermúdez, un anciano de 74 años que recibió tratamiento para una úlcera gangrenosa que le impedía caminar y cuyo estado ha mejorado gracias a la intervención de la brigada.

Escucha activa y apoyo social

La atención de la brigada no solo se limita a suministrar medicamentos, sino que también se enfoca en ofrecer apoyo emocional y psicológico. Andrés González, líder de los promotores sociales en Tunjuelito, indica que algunos simplemente buscan un espacio para compartir sus historias. Durante su recorrido, el equipo intenta persuadir a los habitantes de calle para que accedan a programas que puedan mejorar su situación, enfatizando la necesidad de una solución integral que aborde no solo la salud física, sino también opciones habitacionales.

Luis Hidalgo, un hombre de 62 años, también fue parte de esta jornada. Su condición es crítica; vive en un cambucho y presenta signos de malnutrición. A pesar de sus problemas, se muestra dispuesto a participar en programas de rehabilitación, vislumbrando quizás una nueva oportunidad en su vida.

Un vínculo de esperanza

A medida que la noche avanza, la brigada concluye su recorrido en un parque de Tunjuelito, donde se instalan colchonetas frente a una biblioteca pública. Allí se encuentran decenas de hombres y mujeres que pasan la noche juntos. La brigada ofrece los últimos suministros de vacunas y medicamentos, y escucha las historias de desamor y lucha que los rodean. Su objetivo no solo es atender las necesidades inmediatas de salud, sino también infundir esperanza en aquellos que parecen haber sido olvidados.

Aunque el trabajo es arduo y el contexto desafiante, la brigada de salud continúa su labor por las calles de Bogotá, comprometida a llevar atención y, sobre todo, una chispa de esperanza a quienes más lo necesitan.

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