La elección presidencial en Chile: una encrucijada histórica
Desde el regreso a la democracia en 1990, cinco de los seis presidentes de Chile han sido opositores a Augusto Pinochet, participando en el plebiscito de 1988 donde se rechazó la continuidad de la dictadura. Gabriel Boric, el actual presidente, nació en 1986, y Sebastián Piñera, único mandatario de derecha moderada entre ellos, gobernó en dos periodos (2010-2014 y 2018-2022). Sin embargo, la actualidad política del país presenta un panorama diferente: si la oposición triunfa en la segunda vuelta frente a la candidata de izquierda, Jeannette Jara, Chile podría tener por primera vez un líder que apoyó a Pinochet.
Candidatos de la oposición: un retorno a sombras del pasado
Entre los aspirantes más competentes de la oposición se encuentran José Antonio Kast, de 59 años y representante de la derecha radical, y Evelyn Matthei, de 71 años, perteneciente a la derecha tradicional. Ambos participaron en la campaña del «sí» en 1988. Un tercer candidato, Johannes Kaiser, de 49 años y del partido libertario, ha ganado popularidad y ha manifestado su apoyo a un nuevo golpe de Estado.
La elección del 16 de noviembre incluirá a ocho candidates que, aunque ofrecen propuestas variadas sobre seguridad, economía y control migratorio, reflejan diversas posturas sobre el legado de la dictadura. Un ejemplo es Harold Mayne-Nicholls, quien, en una entrevista, se contradijo respecto a su voto en 1988, expresando su vergüenza por haber apoyado al «sí».
La dificultad de confrontar el legado de Pinochet
Para candidatos como Matthei, la dictadura es un tema delicado. En una entrevista mencionó que fue «necesaria» para evitar que Chile siguiera un camino hacia Cuba, y señaló que las muertes eran inevitables al principio del régimen, pero no en años posteriores. Estas declaraciones generaron controversia significativa.
Poco tiempo después, el director de campaña de Matthei, Juan Sutil, insinuó que el régimen de Pinochet no era una dictadura en el sentido clásico, lo que había como objetivo atraer a exadherentes de la Concertación. Sin embargo, este tipo de comentarios ha reavivado el debate sobre el periodo militar y su legado.
Las divisiones en la derecha moderada
Además, Matthei ha recorrido un camino incierto en su postura hacia el legado de Pinochet. Aunque ha declarado que fue una dictadura, ha mostrado ambigüedades en sus propuestas, como el Plan de Búsqueda de desaparecidos en el régimen. Sus contradicciones en el tema han permitido que sus opositores, incluido Jara, la acusen de falta de claridad moral.
Por su parte, Kast continúa su enfoque en un «Gobierno de emergencia», evitando profundizar en los asuntos más controvertidos que afectan su candidatura. En su intento presidencial de 2017, defendió abiertamente el gobierno de Pinochet y sugirió que este lo apoyaría en caso de estar vivo.
Impacto en la agenda electoral: el anuncio de Punta Peuco
Un evento reciente que ha captado la atención pública fue el anuncio de Boric sobre el cambio de estatus de la cárcel Punta Peuco, que alberga a 139 exuniformados condenados por violaciones a los derechos humanos. Este cambio, implementado 24 horas antes del penúltimo debate presidencial, generó una discusión sobre el tratamiento de los derechos humanos en el contexto electoral.
Durante el debate, tanto Matthei como Kaiser tuvieron que abordar sus posturas respecto a personas como Miguel Krassnoff, condenado por numerosos crímenes. Kaiser insinuó que era hora de cerrar el «capítulo del período 73-90», lo que generó respuestas de otros candidatos, destacando las tensiones respecto a la memoria histórica en la política chilena.
La contienda se encuentra en un momento crucial, donde las posturas sobre el pasado dictatorial de Chile continúan moldeando el presente y futuro político del país.