El 20 de enero de 2020, Omara Portuondo celebró sus 90 años en el Teatro Nacional de Cuba con un emotivo concierto que evocaba una sensación de despedida. Durante este evento, que también marcó la clausura del 35° Festival Jazz Plaza, la icónica artista interpretó canciones emblemáticas como Adiós Felicidad, Soy cubana y Lo que me queda por vivir, acompañada por el pianista Roberto Fonseca y su orquesta. La cantante, conocida como “la novia del filin”, compartió con el público sus deseos de más noches mágicas, a lo que recibió un cálido “¡Sí!” de la multitud. Este recital en solitario se convertiría en su última presentación en Cuba antes de su retiro definitivo, forzado por su delicado estado de salud.
Un legado musical imborrable
A lo largo de su vida, Portuondo ha sido un bálsamo para el pueblo cubano, que encuentra en su música una forma de enfrentar las carencias diarias. Su legado se caracteriza por una maestría musical que abarca géneros como el bolero, son y filin. Con más de siete décadas de carrera y una discografía prolífica, la habanera ha trazado un camino que ha inspirado a generaciones de artistas.
La artista ha sido parte esencial de la historia musical de Cuba, especialmente durante épocas de experimentación y revolución cultural. Junto a otras grandes voces como Elena Burke y Celia Cruz, Portuondo ha dejado una huella imborrable en la música cubana. A sus 95 años, es considerada la última gran diva de este género, y su autenticidad se mantiene intacta en un panorama musical que ha transformado el término «diva» en algo banal.
Situación actual y legado
Desde su retiro en 2021, Portuondo vive en La Habana rodeada de su familia. Si bien no asume conciertos completos, participa en homenajes y continúa grabando colaboraciones. Su disco más reciente, Eternamente Omara, se lanzará próximamente y, según su entorno, la cantante sigue disfrutando de la música en la intimidad.
Conocida por su habilidad en el filin, Omara Portuondo se consagró internacionalmente gracias al fenómeno del Buena Vista Social Club. Desde este punto, su carrera despegó hacia nuevas fronteras, llevando la esencia de la música cubana a países como Estados Unidos y Japón, consolidando su lugar como figura icónica del género.
Reconocimientos y colaboraciones
Élsida González, productora y musicóloga, destaca el impacto de Portuondo en la música cubana, y recuerda su álbum debut, Magia Negra (1960), que evidenció su destreza vocal y sentido de la armonía. González subraya la creatividad de la artista en trabajos como Mis anhelos, donde Omara interpretó canciones de leyendas como María Teresa Vera y Nat King Cole.
También menciona su colaboración con Chucho Valdés, donde su madurez vocal se hizo evidente. Esta compenetración se tradujo en discos que no solo destacan su técnica, sino también su emotividad al cantar. Su participación en Buena Vista Social Club (1997) reafirmó su estatus, interpretando clásicos como Veinte años y Silencio.
La última etapa
Omara Portuondo ha enfrentado su salud deteriorándose con dignidad. A lo largo de sus últimos conciertos, el público experimentó una mezcla de admiración y preocupación por su estado. Aunque ya se han anunciado varias “giras de despedida”, la artista continuó ofreciendo presentaciones hasta su anuncio final de retiro, que ocurrió en octubre de 2024.
A pesar de su avanzada edad, la voz de Portuondo sigue siendo inmortal, con su música resonando en discos y grabaciones que forman parte del catálogo cultural cubano y del cariño de miles de personas en el mundo.