McLaren se encuentra en la cima de la Fórmula 1, liderando la tabla de puntos gracias a sus dos pilotos, Oscar Piastri y Lando Norris. Sin embargo, la rivalidad entre ambos está generando un ambiente tenso que podría complicar la situación de la escudería británica. Este fin de semana, en el Gran Premio de Estados Unidos, el conflicto estalló durante la prueba corta en Austin. Allí, Piastri y Norris chocaron entre sí, con la participación de Nico Hulkenberg, lo que resultó en un incidente costoso para McLaren.
El choque ocurrió en la primera frenada, donde la llegada inesperada de Hulkenberg, quien se encontraba en una posición inusual, provocó que el coche del piloto australiano impactara contra Norris. Este incidente ha sido calificado como una pesadilla para la escudería, que se apresuró a culpar al piloto alemán. Zak Brown, director de McLaren, sostuvo: “Ninguno de nuestros pilotos tuvo la culpa. Fue cosa de algún amateur”. Esta declaración refleja la frustración del equipo ante la falta de cohesión entre sus conductores.
Ante esta situación, el equipo McLaren se verá obligado a recordar a Piastri y Norris las “papaya rules”, un código de conducta que busca mantener una competencia sana y evitar conflictos entre los pilotos. Sin embargo, estas reglas han generado confusión entre los corredores, quienes a menudo priorizan sus intereses individuales. En este contexto, Max Verstappen se benefició del incidente al conseguir su victoria número 13 en las carreras sprint, sumando así ocho puntos a su cuenta personal.
El colapso que se vivió en Texas podría tener repercusiones significativas en la carrera principal programada para este domingo a las 21:00 horas (Dazn), donde Verstappen saldrá desde la ‘pole’ por séptima vez esta temporada. Tras él, Norris ocupará la segunda posición y Piastri se destacará en el sexto lugar. Carlos Sainz partirá noveno y Fernando Alonso en décimo lugar, listos para aprovechar cualquier oportunidad que surja durante la carrera.