El crimen organizado en México continúa resistiendo la presión del Gobierno, que se enfrenta a exigencias de Estados Unidos para implementar medidas más severas en la lucha contra el narcotráfico. Al mismo tiempo, los cárteles están inmersos en conflictos entre ellos por el control de territorios y negocios, generando un alto número de muertes tanto dentro de sus filas como entre la población civil. Este contexto ha llevado a un incremento en la militarización de los grupos criminales, que han comenzado a aplicar tácticas de combate en conflictos internacionales, como el de Ucrania.
Infiltración de cárteles en el conflicto de Ucrania
Expertos en seguridad de Europa, Estados Unidos y México han revelado que ciertos cárteles han logrado infiltrar a miembros en la guerra de Ucrania, donde han recibido entrenamiento para operar drones de forma remota. Estos drones, que se pueden adquirir en el mercado, están siendo modificados para funcionar como proyectiles kamikaze, lo que ha impactado significativamente la contraofensiva de Kiev contra el ejército ruso.
La implementación de vehículos aéreos no tripulados de bajo costo ha nivelado la balanza de poder en el conflicto, permitiendo a Ucrania llevar a cabo ataques efectivos contra objetivos rusos a pesar de las desigualdades en poderío militar. Las academias de drones en Ucrania, inicialmente enfocadas en operadores locales, han abierto sus puertas a voluntarios de diversas nacionalidades, incluidos ciudadanos de México y Colombia con posibles antecedentes delictivos o vínculos con grupos criminales.
El auge de los narcodrones en México
De acuerdo con informes del Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales (CSIS), el primer caso documentado de un dron armado en México se remonta a octubre de 2017, cuando un cuadricóptero modificado fue confiscado en un control de tráfico. Desde entonces, los cárteles han diversificado su uso de drones, empleándolos no solo en narcotráfico, sino también en labores de vigilancia contra organizaciones rivales.
El Cartel Jalisco Nueva Generación (CJNG) ha desarrollado una unidad especializada de pilotos conocida como Fuerzas Especiales Mencho, la cual opera drones inicialmente diseñados para la agricultura, ahora modificados para lanzar explosivos. Según el CSIS, entre 2020 y 2023, se han registrado al menos 605 ataques con drones armados en México, con un aumento drástico de 5 incidentes en 2020 a 260 en el primer semestre de 2023.
Detalles sobre los ataques con drones
Estos narcodrones suelen estar equipados con explosivos que se detonan al impactar el objetivo, una táctica conocida como kamikaze. Los costos de estos dispositivos oscilan entre 400 y 700 dólares, lo que los convierte en una opción económica para los cárteles. Algunos modelos avanzados pueden cargar explosivos de mayor potencia, añadiendo una dimensión preocupante a las operaciones criminales.
Tecnología antidrones en el crimen organizado
Los cárteles no solo están invirtiendo en tecnología ofensiva, sino que también están adquiriendo herramientas defensivas para contrarrestar el uso de drones por parte del Ejército mexicano y otras fuerzas. Se ha reportado que la facción de Los Mayitos del Cartel de Sinaloa ha comenzado a utilizar inhibidores de señales de drones que pueden neutralizar la comunicación entre las aeronaves y sus operadores.
Esta tecnología, que incluye dispositivos portátiles similares a rifles de asalto, permite alterar las comunicaciones de los drones, haciendo que estos pierdan control o se estrellen. Aunque la venta de estos equipos no está regulada en México ni en Estados Unidos, su disponibilidad ha facilitado su adquisición por parte de grupos del narcotráfico.
A medida que el conflicto entre el Gobierno y los cárteles se intensifica, también se observa un avance en las tácticas de los narcotraficantes. Al igual que en Ucrania, se han comenzado a utilizar drones con tecnología de fibra óptica que son difíciles de interferir, lo que refleja la creciente sofisticación de estos grupos en su lucha contra las autoridades.
Cabe mencionar que los gobiernos aún no han realizado inversiones suficientes en equipos antidrones, lo que brinda una ventaja a los delincuentes en su capacidad para contrarrestar la acción del Estado y llevar a cabo sus operaciones ilícitas.
