La ultraderecha internacional aterriza en México: ¿qué está en juego?

La ultraderecha internacional aterriza en México: ¿qué está en juego?

Las recientes protestas contra el Gobierno de Claudia Sheinbaum en México han exhibido una imagen inusitada en un país históricamente considerado un bastión contra la extrema derecha regional y global. El descontento social, alimentado por la creciente inseguridad reflejada en el asesinato del alcalde de Uruapan, Carlos Manzo, y el hartazgo por la corrupción endémica, han comenzado a abrir una brecha que ha sido rápidamente capitalizada por representantes de la ultraderecha como Eduardo Menoni, Agustín Antonetti, Agustín Laje, Javier Negre y Alex Jones.

México: Un actor clave en América Latina

México, como la segunda economía más grande de América Latina y uno de los principales países del mundo, comparte una extensa frontera de más de 3.000 kilómetros con Estados Unidos. Este contexto convierte al país en un objetivo estratégico para las agendas de la extrema derecha regional. Según Lisandro Devoto, politólogo de la UNAM, “de los Gobiernos de izquierda que quedan en el continente, México es claramente el más importante y exitoso”.

Una conexión con la ultraderecha global

Mario Santiago, experto en ultraderecha del Instituto Mora, señala que México sirve como puente para la circulación de ideas y personajes de derechas europeas como Vox. Aunque Argentina ha asumido este papel recientemente, su proyección es limitada en comparación con la de México.

Los intentos de penetrar el muro mexicano

La importancia de atravesar el «muro mexicano» para la extrema derecha es evidente. Javier Negre, un conocido diseminador de bulos, ha indicado su intención de aumentar su presencia al invertir en un medio mexicano de gran relevancia. A pesar de ello, las estrategias de los movimientos ultraderechistas en México han mostrado resultados limitados. Santiago aclara que “están en un momento de experimentación”, en el cual intentan diferentes narrativas y símbolos.

Un caldo de cultivo propio

A pesar de la popularidad del Gobierno de Sheinbaum, su partido, Morena, enfrenta una creciente erosión de apoyo en las encuestas. Ernesto Bohoslavsky, autor del libro Historia mínima de las derechas latinoamericanas, opina que el carácter nacional de la política mexicana complica la intervención de actores internacionales, a diferencia de otros países más pequeños.

Corrupción y descontento social

El partido oficialista ha comenzado a ser visto como una nueva cara de la corrupción en un contexto de reformas institucionales. Los recientes escándalos que involucran a figuras como el senador y exgobernador de Tabasco, Adán Augusto López, aumentan el descontento entre quienes no se sienten representados por el Gobierno.

Figuras emergentes en la oposición

Entre los emergentes que buscan capitalizar este descontento se encuentra el empresario Ricardo Salinas Pliego, quien se opone fervientemente al Gobierno. Se le considera un posible referente para el movimiento de unidad que podría desafiar a Morena. Jorge Romero, líder de la oposición conservadora, ha indicado que verían con buenos ojos un avance político de Salinas Pliego.

Un legado histórico en contra de la extrema derecha

La historia reciente de México muestra una resistencia frente a la formación de partidos de extrema derecha. La presidenta Sheinbaum, en un discurso por el 115 aniversario de la Revolución mexicana, enfatizó que quienes abogan por la ultraderecha “no conocen la historia de México ni a nuestro pueblo”.

Desafíos a largo plazo

A pesar de la situación actual, no hay evidencia de que un movimiento de extrema derecha pueda ganar fuerza significativamente en el corto plazo. Sin embargo, los expertos advierten que México no cuenta con un blindaje absoluto ante influencias externas, especialmente en un contexto global en que las fronteras son cada vez más permeables. La penetración de la ultraderecha sigue siendo un fenómeno que, aunque limitado, puede estar en desarrollo.

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