La trampa que rodea a Trump: Revelaciones impactantes.

EL PAÍS

Donald Trump ha dado un audaz paso en América Latina al involucrarse en la crisis financiera que atraviesa Argentina, liderada por su ahijado Javier Milei. Scott Bessent, secretario del Tesoro de EE. UU., anunció un plan para proporcionar dólares a Argentina con el fin de frenar la incertidumbre que afecta al peso argentino y que ha mermado las reservas del Banco Central en Buenos Aires. Bessent también ofreció la compra de bonos públicos para aquellos que decidieran desprenderse de ellos, dado que existe la posibilidad de que el Estado no pueda cumplir con los vencimientos en enero.

Milei se prepara para enfrentar elecciones legislativas el próximo domingo 26, mientras lidia con la presión de los mercados. Trump, consciente de la situación, busca rescatar a su protegido, aunque hasta el momento no ha conseguido estabilizar la situación. A pesar de que EE. UU. continúa inyectando dólares en el mercado porteño, el valor de la divisa sigue en aumento. Ante esta situación, Trump advirtió que consideraría retirarse si las cosas no mejoran, manifestando que la Argentina es un “país chico” en términos de pérdidas potenciales.

Las razones detrás de la intervención de Trump en asuntos argentinos son multifacéticas. Milei, alineado en la ultraderecha, fue uno de los primeros en apoyarlo antes de su regreso a la Casa Blanca. Además, Milei representa una de las pocas alianzas que Washington tiene en la región, y su éxito podría impactar positivamente en elecciones en Chile, Colombia y, el próximo año, Brasil. La alternativa kirchnerista, con una fuerte inclinación hacia China, añade otra capa de urgencia a la intervención estadounidense.

Históricamente, rescates económicos como los realizados por Bill Clinton en México en 1995 y George W. Bush en Uruguay en 2002 no requerían grandes inversiones; la mera anunciación de apoyo era suficiente para aplacar la ansiedad de los mercados. Sin embargo, en el caso argentino, el anuncio de Bessent tuvo un impacto inicial, reduciendo el índice de riesgo a 898 puntos, aunque posteriormente volvió a dispararse a 1089 puntos, evidenciando la creciente incertidumbre crediticia.

La dinámica se ha visto afectada por las palabras de Trump durante una reunión en la Casa Blanca con Milei, donde afirmó que EE. UU. apoyaría a Argentina, pero dejaría de ser generoso si el electorado optaba por una alternativa “socialista”. Este comentario desató confusión y preocupación en los mercados, ya que se debatía sobre cuál elección se refería concretamente. Mientras tanto, Bessent insistió en redes sociales que el Tesoro estabilizará el mercado argentino, aunque esta promesa tampoco ha logrado calmar la situación.

Las críticas a la intervención de EE. UU. no han tardado en llegar. Paul Krugman, premio Nobel de Economía, ha señalado que el plan económico de Milei está destinado al fracaso debido a su enfoque en un tipo de cambio artificialmente atrasado. Krugman también insinúa que el respaldo a Milei puede estar vinculado a intereses económicos personales de algunos financistas con inversiones en bonos argentinos.

Robert Citrone, un notable inversor conocido por su exposición a Argentina, admitió su interés en influir en el gobierno de Milei. Citrone viajó a Buenos Aires al mismo tiempo que Bessent, lo que ha suscitado dudas sobre los verdaderos motivos detrás de la ayuda estadounidense y su relación con los fondos de inversión. Las conexiones entre las élites argentinas y estadounidenses se complican aún más con la influencia de empresas de lobbying con intereses en ambos países.

El vínculo entre ambos gobiernos está intrínsecamente ligado al éxito electoral de Milei. Esta situación genera una serie de tensiones, evidentes en el tono paternalista que utilizó Trump al referirse a Milei. Mientras tanto, la relación que comienza a florecer entre Trump y Luiz Ignacio Lula da Silva contrasta con la situación argentina. Durante la Asamblea General de la ONU, ambos líderes intercambiaron palabras amables, lo que podría tener repercusiones significativas en sus respectivas relaciones políticas y económicas.

A medida que las tensiones entre Estados Unidos y Argentina crecen, se plantea la incertidumbre sobre el futuro de Milei y su capacidad para cumplir con las expectativas planteadas por Trump. Esta compleja interacción entre los dos países demuestra la fragilidad de las alianzas políticas, así como el impacto que pueden tener en la geopolítica regional.

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