La Once: Promesa de Igualdad en Entrevista Política en Mesa

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La leyenda de Canillo y las «Gastropolíticas» en el Antropoceno

La historia de Canillo, un niño de una familia huilliche empobrecida, revela una profunda reflexión sobre la condición humana. Canillo era un niño delgado que nunca creció y que, a pesar de la aparente abundancia de alimentos en su hogar, consumía todo lo que había en su casa. Al descubrir su voraz apetito, su familia lo consideró una entidad maligna y lo arrojó al mar. Este acto desencadenó una sequía que afectó tanto a la tierra como al mar. Para apaciguar la ira de Canillo, conocido por su insaciable hambre, el abuelito Huentenao ofreció a su hija en un intento por restablecer el equilibrio, mientras Canillo, atrapado en una roca, simboliza la lucha entre el hambre y la abundancia.

El libro «¿Nos comemos el futuro?»

Esta narrativa se desarrolla en el contexto del libro ¿Nos comemos el futuro?, escrito por la antropóloga y Premio Nacional de Humanidades Sonia Montecino y su hijo, el poeta y ensayista Cristian Foerster. El texto, subtitulado Gastropolíticas de una Once Huacha, aborda las complejidades del Antropoceno, en el que los seres humanos impactan el destino del planeta a través del dinero y la tecnología. La obra se adentra en cómo la comida y la “comensalidad” influyen en nuestra relación con la tierra y el futuro que queremos construir.

La dualidad de Canillo: hambre y avidez

Pregunta: Canillo representa, en principio, la glotonería. Pero, ¿no es también un símbolo de necesidad?

SM: Ciertamente, representa a un hambriento, no a alguien saciado que continúa consumiendo.

CF: La figura de Canillo es compleja; es un dilema de la gastropolítica. El hambriento encarna tanto la víctima como el victimario, lo que añade profundidad a su simbolismo.

La Once Huacha: una práctica cultural

La metodología de la Once Huacha surge como un símbolo de la cultura chilena. Según Montecino, la once representa un momento de comensalidad lleno de significados, donde hay una mezcla de sabores y la posibilidad de dialogar. Esta práctica, que fomenta el intercambio de perspectivas, contrasta con las comidas más rígidas como el almuerzo, que siguen pautas más estrictas en términos de alimentos.

Pregunta: ¿Cuál es el origen de esta metodología?

CF: La idea de la Once Huacha se remonta a diálogos interculturales en los que participaron desde hace años y han evolucionado hacia un espacio de encuentro donde cada persona puede compartir sus visiones. Se trata de construir juntos en lugar de competir por quién tiene la razón.

El futuro de la alimentación y la política

Pregunta: ¿Por qué no implementar esta metodología en debates políticos, en lugar de las tradicionales confrontaciones?

CF: Los debates tienden a centrarse en ganador y perdedor. En cambio, la Once Huacha promueve la escucha activa y la co-construcción de ideas, permitiendo que diversas voces se expresen sin la presión de derrotar a alguien.

SM: La metodología de la Once Huacha enfatiza que al sentarse a compartir alimentos, se abre un espacio creativo donde las verdades de cada uno pueden ser transformadas. La invitación a políticos es clara: participar de un diálogo real, donde se forjan nuevas ideas colectivas.

Invitación a la reflexión

Pregunta: ¿Invitarían a figuras polarizadoras a una Once Huacha?

SM: Sí, los invitaría, pero con la condición de que estén dispuestos a participar en un diálogo significativo, no solo a realizar un intercambio superficial.

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