La izquierda enfrenta su reto clave para 2026 en consulta tumultuosa

La izquierda enfrenta su reto clave para 2026 en consulta tumultuosa

El camino hacia la unidad de la izquierda colombiana y la selección de sus candidatos para las elecciones nacionales de 2026 ha tomado un giro inesperado, convirtiéndose en un enredo de disputas políticas y complicaciones legales. La consulta popular prevista para este domingo será crucial, ya que sus bases votarán para elegir al aspirante a la presidencia entre el senador Iván Cepeda y la exministra Carolina Corcho, además de definir las listas para el Congreso. La participación de los votantes también servirá como un termómetro de la motivación de la base de izquierda ante el próximo ciclo electoral.

El objetivo de la consulta, que permite a cualquier partido establecer un mecanismo de este tipo en una fecha acordada, es buscar la cohesión de las diversas fuerzas que han apoyado al presidente Gustavo Petro desde su campaña hace cuatro años. Sin embargo, esta meta solo se ha cumplido parcialmente, ya que la formalización de la unión entre los partidos y movimientos que aspiran a fusionarse en el nuevo partido Pacto Histórico ha sido problemática y caracterizada por tensiones políticas evidentes.

Uno de los factores que ha intensificado estas tensiones es el exalcalde de Medellín, Daniel Quintero, quien, a pesar de no ser parte de la izquierda y estar envuelto en un proceso judicial por corrupción, recibió el impulso del presidente para participar en la consulta. Este movimiento causó un rechazo inmediato, resultando en la renuncia de varios aspirantes que decidieron apoyar a Cepeda para enfrentar el ascenso de un político hábil en la construcción de alianzas. Solo Corcho optó por mantenerse firme en su postura, lo que le resultó favorable cuando Quintero justificó su retiro argumentando inseguridad jurídica.

No obstante, la renuncia de Quintero no eliminó la incertidumbre en torno a la consulta. El hecho de que su nombre sea parte de los tarjetones, que ya estaban impresos, y la confirmación de la Registraduría de que se contarán los votos a su favor generan un contexto complejo. Existen dudas legales sobre si la consulta será considerada interna de un partido o interpartidista, lo cual tiene implicaciones en la futura participación de los candidatos en las elecciones presidenciales, a través del Frente Amplio.

La confusión jurídica que rodea a la consulta podría significar que los resultados del 26 de octubre estén sujetos a un análisis complicado, especialmente al intentar interpretar la fuerza o debilidad de la izquierda. Dado que solo el Pacto Histórico estará en la contienda electoral, no habrá un marco comparativo, lo que dificulta proyectar el impacto de los resultados en un día sin otras fuerzas compitiendo.

Históricamente, las consultas internas ofrecen pocos puntos de comparación. Por ejemplo, en 2009, Rafael Pardo ganó la candidatura liberal con 398,000 votos de 1.3 millones de ciudadanos que participaron. En contraste, Gustavo Petro logró el apoyo de 234,000 de solo 483,000 votos en el Polo Democrático. Ocho meses más tarde, Pardo recibió 638,000 votos, mientras que Petro alcanzó 1.3 millones, evidenciando cómo otros factores influyen en los resultados finales.

El Pacto Histórico también tiene referencia en la votación por su lista al Senado en las legislativas de 2022. A diferencia de las elecciones presidenciales, las votaciones legislativas tienden a movilizar a ciudadanos que buscan respaldar una ideología o un partido. En 2010, el Partido Liberal recabó 1.7 millones de votos. El Pacto Histórico, en las elecciones pasadas, sumó 2.8 millones; si se considera una reducción del 35%, se estimaría su votación en alrededor de 2 millones este domingo. Sin embargo, la consulta liberal de 2017 que ganó Humberto de La Calle apenas sumó 744,000 votos, con una lista al Senado que alcanzó 1.9 millones, sugiriendo que el Pacto podría obtener unos 1.1 millones de votos este fin de semana.

Estos números son estimaciones que reflejan un amplio rango de posibilidades. Lo novedoso es que este es el partido del presidente, algo sin precedentes. Además, la votación ocurre en un contexto donde el mandatario ha convocado un proceso popular para una asamblea constituyente, enfrentado sanciones del presidente de Estados Unidos, y cuestionado decisiones judiciales que afectan a su rival político, el expresidente Álvaro Uribe. Con tantos factores en juego, las interpretaciones de los resultados probablemente serán diversas, destacando el nombre del candidato presidencial como el principal foco de atención.

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