El Resguardo Indígena del Gran Cumbal: Una Lucha por la Soberanía Alimentaria
Zoila Mitis, de 26 años, vive en el resguardo indígena del Gran Cumbal, un enclave rural en el suroeste de Colombia, cerca de la frontera con Ecuador. Junto a sus padres y su hijo, dedican su parcela de tierra a la agricultura, cultivando al menos siete tipos de papa, además de otros tubérculos como el cubio y la oca. Sin embargo, su granja se convierte en una excepción en esta región montañosa del departamento de Nariño, donde la mayoría de la población indígena ha optado por la ganadería, lo que ha deteriorado los suelos y agravado los efectos del cambio climático en la agricultura.
Impacto del Cambio Climático en la Agricultura
La comunidad Pasto, que habita el Gran Cumbal, cuenta con más de 25,000 indígenas entre los más de 120,000 que se identifican entre Colombia y Ecuador. Sus miembros han comenzado a notar cambios alarmantes en el clima: las temporadas cálidas son cada vez más secas, mientras que las frías amenazan la seguridad alimentaria. “Gracias a Dios no hemos pasado hambre, pero las heladas nos golpean cada vez más y hemos perdido cultivos enteros”, expresa Zoila, quien recuerda un clima más benevolente durante su infancia.
La Transición hacia la Ganadería y sus Consecuencias
El cambio hacia la ganadería ha traído consigo una mejora económica para algunos hogares, pero a un alto costo. La cría de ganado ha eliminado hectáreas de cultivos y ha provocado la desaparición de variedades ancestrales debido a la pérdida de tierras fértiles. La pandemia evidenció la necesidad de replantear la estrategia alimentaria, llevando a la comunidad a buscar alternativas para proteger su identidad cultural y erradicar el hambre.
Iniciativas Innovadoras: El Banco de Semillas Comunitario
En este contexto, surgió un proyecto innovador en el Gran Cumbal: se ha establecido un banco de semillas comunitario. Este modelo, ya exitoso en países como Kenia, Vietnam y Perú, busca preservar la diversidad genética de los cultivos locales para garantizar su viabilidad en condiciones adversas. Este banco, a diferencia de las grandes instalaciones a nivel mundial, se ha construido desde la base comunitaria, promoviendo la participación local.
Esteban Gangotena, director del proyecto, explica que este banco combina el conocimiento científico con las tradiciones ancestrales de la comunidad Pasto. “Queremos conservar los rituales de respeto a la Madre Tierra”, añade. Los campesinos llevan semillas que se almacenan en un cobertizo en la escuela más grande del resguardo y tienen la posibilidad de solicitar “préstamos” de semillas, que luego devuelven a la comunidad.
Capacitación y Colaboración Comunitaria
La iniciativa está liderada por la Alianza de Bioversity International y el Centro Internacional para la Agricultura Tropical (CIAT), con el apoyo del científico Ronnie Vernooy. La propuesta busca unir la ciencia moderna con el conocimiento ancestral, mediante capacitaciones en técnicas de conservación y prácticas agrícolas que respeten los ciclos naturales.
La conservación de semillas en Gran Cumbal se realiza de manera dinámica, con una rotación más ágil en comparación con los grandes bancos de semillas a nivel mundial. Las semillas recolectadas no se almacenan por largos periodos, sino que se redistribuyen regularmente para aumentar la producción local de alimentos.
Reviviendo Cultivos Ancestrales
La promoción de cultivos ancestrales va más allá del banco de semillas. Muchos campesinos que dedicaban sus tierras a la ganadería están retornando a la agricultura tradicional en sus shagras. “La ganadería nos ha quitado mucho; con cada generación hay menos variedad de tubérculos y frutas”, comenta Alegría Chirán, lideresa social del resguardo. Su llamado es claro: “Queremos soberanía alimentaria y depender de nosotros mismos”.
Desafíos y Oportunidades
Pese a los avances, Chirán reconoce que existe resistencia entre algunos campesinos que aún dependen de la ganadería. Este cambio de paradigma comenzó a principios de los 2000, cuando se prohibieron los cultivos de amapola. A medida que la ganadería se asentó, los suelos comenzaron a erosionarse, contribuyendo a la deforestación y reduciendo la biodiversidad agrícola.
La líder comunitaria enfatiza la importancia de una alimentación saludable y de proteger los cultivos heredados. El proyecto también proporciona soporte a las familias, incentivando la convivencia de actividades ganaderas y agrícolas de forma sostenible.
De la Soberanía Alimentaria a la Exportación
El banco de semillas ya cuenta con una red de otros ocho ‘mini’ bancos en diferentes veredas del Gran Cumbal, y ha logrado el apoyo de numerosas familias y del cabildo indígena. Sin embargo, surge una pregunta crucial: una vez que las cosechas son suficientes para el consumo local, ¿cómo convertir esos productos en mercancías para la exportación?
Potencial Gastronómico de las Papas Autóctonas
Las variedades de papa cultivadas en el resguardo son un elemento clave para la cocina colombiana. Los indígenas buscan penetrar en el mercado gastronómico con tubérculos de características únicas, como la “ratona” y el “corazón de piedra”. Estas papas, algunas con jugos de colores vibrantes, aportan un valor añadido en la alta cocina.
A medida que los restaurantes de renombre en Colombia apuntan a ingredientes locales, la comunidad Pasto se encuentra en una posición favorable para transformar su lucha por la supervivencia alimentaria en una actividad productiva que atraiga el interés del mercado.
