Héctor Alterio: Un Ícono del Cine y Teatro Argentino
Héctor Alterio es considerado una figura emblemática de la memoria cultural de varias generaciones de argentinos. Nacido en Buenos Aires en 1929 en una familia de inmigrantes italianos, su carrera se vio interrumpida por su exilio en 1975, cuando tuvo que dejar su país debido a las amenazas del grupo paramilitar Triple A. Sin embargo, su legado artístico perdura, y su muerte este sábado ha conmovido a sus compatriotas desde la distancia.
Un Trayecto Artístico Sobresaliente
Alterio vivió en España durante las últimas cinco décadas de su vida, pero mantuvo un vínculo constante con Argentina, realizando múltiples viajes que ampliaron su vasta carrera en el cine y el teatro. Su actuación en La historia oficial, dirigida por Luis Puenzo, le valió a Argentina su primer Oscar a la mejor película extranjera en 1986. Además, su nombre está vinculado a otras tres películas argentinas que fueron nominadas: La tregua (1974), Camila (1984), y El hijo de la novia (2001).
Los Inicios y el Compromiso Político
Alterio descubrió su amor por la actuación en la escuela primaria y, durante su juventud, combinó varios trabajos con su pasión por el teatro. En los efervescentes años sesenta, decidió dedicarse por completo a la actuación, participando en la compañía Nuevo Teatro, un movimiento renovador en la escena argentina. Su compromiso social y político se mantuvo hasta el final de su vida, características que le permitieron conectar con el público de manera profunda.
La Influencia del Exilio
Antes de su consagración en La Tregua, Alterio ya había dejado huella en la pantalla grande con películas como La piel del amor, Quebracho, y especialmente, La Patagonia Rebelde, que abordó la masiva huelga de obreros de 1920 y las represalias violentas. Este filme lo puso en la mira de la Triple A. Durante el Festival de Cine de San Sebastián, mientras presentaba La tregua, recibió sus primeras amenazas. Decidió quedarse en España, trasladando a su esposa e hijos, y se enteró años después que las amenazas provenían de la crítica familiar presentada en la película, la primera argentina en ser candidata a un Oscar.
Colaboraciones con Grandes Directores
Alterio regresó a Argentina y trabajó con reconocidos directores, como Marcelo Piñeyro, quien lo dirigió en sofisticadas producciones como Cenizas del paraíso, Caballos salvajes, y Plata Quemada. Su interpretación en Caballos salvajes, particularmente su apasionado grito, se ha convertido en una frase icónica del imaginario argentino. Asimismo, sus colaboraciones con Juan José Campanella en El hijo de la novia y la serie Vientos de agua también son altamente valoradas por el público.
Un Regreso Emotivo a los Escenarios
Alterio canalizó su dolor por el exilio y la nostalgia en su obra Mi Buenos Aires, presentada cuando ya contaba con 90 años. En este íntimo espectáculo, revisaba recuerdos personales y colectivos a través de los textos de destacados poetas argentinos, evocando un Buenos Aires melancólico y lleno de humor.
Héctor Alterio ha dejado una huella imborrable en la cultura argentina, y su arte seguirá siendo recordado y celebrado por futuras generaciones.
