La escritora mexicana Mónica Lavín ha elogiado a Gonzalo Celorio, quien ha sido galardonado con el Premio Cervantes 2025, describiéndolo como un excelente anfitrión en su hogar al sur de Ciudad de México. Lavín destaca que su dedicación a los amigos se refleja en su obra literaria, especialmente en Mentideros de la memoria, que le hizo merecedor del Premio Villaurrutia. Según Lavín, la amistad y los rituales que giran en torno a la conversación son temas centrales en la literatura de Celorio, que lo posicionan como un referente para las nuevas generaciones de escritores en México.
Este año, Celorio publicará una novela dedicada a su amigo, el escritor Hernán Lara Zavala, que se presentará a finales de noviembre en la Feria Internacional del Libro de Guadalajara (FIL). Lavín destaca que este homenaje busca encapsular las conversaciones que ambos mantenían cada domingo sobre literatura y vida. La novela se titula Mi amigo Hernán y emerge después de la publicación de las memorias del autor, tituladas Ese montón de espejos rotos (Tusquets Editores), donde se narra su vida y creación literaria.
La Exploración de la Memoria en la Obra de Celorio
La memoria es un núcleo vital en la obra de Celorio, especialmente en su notable trilogía Una familia ejemplar, que incluye Tres lindas cubanas, Los apóstatas y El metal y la escoria. En la primera, el autor explora la historia de su madre cubana y sus tías, reflejando una relación compleja con la revolución cubana. Lavín asegura que Celorio es uno de los autores más vinculados a Cuba, no solo por sus raíces familiares, sino por su profundo entendimiento de la historia y la identidad cubana.
Influencia de la Literatura Cubana
En una reciente entrevista, Celorio reconoció que autores cubanos, como Alejo Carpentier, han influido significativamente en su estilo literario. El autor describe su escritura como una manifestación del barroco, destacando la riqueza del vocabulario y cómo la poesía permea su prosa. Según él, la influencia de escritores como Severo Sarduy ha sido fundamental en su desarrollo como autor.
Lavín caracteriza la prosa de Celorio como «borbotónica», resaltando su elegancia, erudición y la densidad verbal que logra a través de un uso intencionado del idioma. «Busca y encuentra la palabra justa», aporta Lavín, lo que convierte su lectura en una experiencia rica y placentera.
Formación Literaria y Maestros Influenciales
Nacido en 1948 en Ciudad de México, Celorio se formó en la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM, donde fue discípulo de figuras como Salvador Elizondo y José Emilio Pacheco. Su primera obra, Amor propio (1992), que aborda la vida universitaria y los desengaños amorosos, marcó el inicio de una carrera literaria caracterizada por un tono confesional y un uso de la memoria que se ha convertido en un sello distintivo de su trabajo.
Celorio también ha reconocido la influencia del exilio español en su obra, mencionando a varios de sus maestros que fueron parte de ese fenómeno, como Adolfo Sánchez Vázquez y Ramón Xirau, quienes le ayudaron a apreciar la riqueza de la literatura castellana.
El Legado Literario de Gonzalo Celorio
La obra de Celorio se distingue por su capacidad para retratar la realidad contemporánea de México a través del humor, la ironía y la ternura. Su amigo y editor, Juan Cerezo, destaca la coherencia y el plan que Celorio ha tejido a lo largo de su carrera, presentando una narrativa que resuena tanto en México como en España. «Celorio ha ido edificando un edificio de la memoria que no quiere ser olvidado», señala Cerezo.
Con obras que reflejan sus vivencias y su exploración de amistad y memoria, como Retiemble en sus centros la tierra, Gonzalo Celorio se consagra como un nombre significativo en la literatura mexicana, destinado a ser redescubierto por futuras generaciones de lectores.