La Fundación Santo Domingo ha estado al servicio del desarrollo social en Colombia durante más de 60 años. Fundada en la década de 1960 por la familia Santo Domingo, reconocidos empresarios en diversos sectores como alimentos, medios de comunicación y retail, su objetivo trasciende la asistencia inmediata; busca construir un futuro sostenible al transformar generaciones. Con el tiempo, este esfuerzo ha evolucionado hacia una estrategia de impacto a nivel nacional.
Nuevo liderazgo y enfoque integral
Desde 2016, la Fundación es dirigida por José Francisco Aguirre, un ingeniero industrial de Bogotá con más de 15 años de experiencia en gestión de proyectos sociales. Aguirre, quien creció en un entorno marcado por la agricultura y el comercio, se ha enfocado en soluciones a largo plazo para la desigualdad. Su filosofía se centra en la necesidad de colaboración, donde tanto el Estado, el sector empresarial como la filantropía, deben unirse para abordar retos estructurales. “No se trata solo de dar, sino de transformar e invertir con propósito”, señala Aguirre.
La Ciudad de Bicentenario: un proyecto emblemático
Uno de los proyectos más ambiciosos de la Fundación es la Ciudad de Bicentenario en Cartagena, que abarca 380 hectáreas con la proyección de 50,000 viviendas, lo que permitirá albergar entre el 15% y el 20% de la población de la capital de Bolívar. Aguirre describe este mega barrio como un motor de movilidad social. Actualmente, alrededor de 4,100 viviendas ya están construidas, beneficiando a más de 16,000 personas. Este modelo no solo se limita a la construcción de viviendas, sino que incluye la creación de colegios, centros de salud y espacios deportivos, así como el fortalecimiento de la economía local.
En noviembre del año pasado, se concluyó la construcción del Centro de Desarrollo Infantil en Bicentenario, diseñado para atender a 200 niños a través de un esfuerzo conjunto con diversas entidades gubernamentales. Este modelo incluye también capacitación para el empleo y apoyo a emprendimientos locales.
Barranquilla y el desarrollo comunitario
La Fundación también está desarrollando el megabarrio Villas de San Pablo en Barranquilla, donde se proyectan 18,000 viviendas de interés social. Este proyecto incluye infraestructura cultural y recreativa, como la Fábrica Cultural y un parque recreo-deportivo. Líderes comunitarios, como Judith Payares, están viendo el fortalecimiento del tejido social mediante la participación en iniciativas locales que benefician a personas mayores y promueven la sostenibilidad ambiental a través de programas educativos.
Inversiones en educación y sostenibilidad
Más allá del urbanismo, la Fundación realiza importantes aportes al ámbito educativo. Han establecido un laboratorio de evidencia que evalúa proyectos educativos para garantizar la efectividad de las inversiones realizadas. Con una inversión cercana a 70 millones de dólares, este laboratorio busca impulsar iniciativas exitosas en 14 territorios. “Colombia invierte sin medir, y nosotros apostamos por la evidencia”, menciona Aguirre.
Un ejemplo de esta labor es el colectivo Impacto Colectivo Barú 2030, que trabaja en la isla de Barú en el departamento de Bolívar. Este colectivo ha comenzado a transformar las condiciones sociales y económicas de la región, donde el acceso al agua potable y el alcantarillado son limitados. A través de programas educativos, ya se han beneficiado 1,382 personas, enfocándose en la formación de estudiantes y madres comunitarias.
Proyectos diversos y sostenibles
El trabajo de la Fundación no se limita a proyectos específicos; involucra acciones ambientales para la conservación del jaguar y colaboraciones para la construcción de infraestructura sanitaria. Las iniciativas de la Fundación Santo Domingo han tenido un impacto significativo en las comunidades donde opera, trabajando para atender las causas de la desigualdad y no solo sus síntomas. A lo largo de seis décadas, ha demostrado que es posible transformar territorios y cerrar brechas intergeneracionales.
