El crítico literario J. Ernesto Ayala-Dip, originario de Buenos Aires y residente en Barcelona desde 1970, falleció el pasado domingo. Este 18 de diciembre habría cumplido 80 años. Desde finales de los años setenta, colaboró con diferentes publicaciones, destacando su labor como crítico en el suplemento Babelia, donde recopiló parte de su experiencia como lector en el libro Dos décadas de narrativa en castellano (2017). Durante su carrera, Ayala-Dip analizó obras de autores contemporáneos como Soldados de Salamina y Crematorio, así como de Fernando Aramburu y Belén Gopegui, poco después de su publicación.
Trayectoria y aportes al mundo literario
Ayala-Dip comenzó su carrera profesional en el ámbito de los libros tras culminar sus estudios en Filosofía y Letras. Una de sus primeras experiencias laborales fue en una librería llamada Drugstore, donde tuvo la oportunidad de conocer a icónicas figuras del boom latinoamericano. Su actividad como crítico se inició en revistas emblemáticas del tardofranquismo, como Triunfo y Cuadernos para el Diálogo. Posteriormente, se convirtió en un colaborador habitual del suplemento Libros y también en el influyente medio de izquierda El Viejo Topo, y se destacó por su colaboración en El Correo.
Critica literaria y opinión política
Reconocido por su independencia en los juicios críticos, Ayala-Dip fue una figura central en un sistema cultural en evolución, donde su labor otorgó prestigio profesional. Participó en múltiples jurados literarios, como el Premio Dulce Chacón y el Iberoamericano de Narrativa, así como en los Premios de la Crítica y el Nacional de Ensayo. Además, expresó su opinión política en las páginas catalanas de importantes diarios, especialmente durante los años del Procés, y publicó columnas en el diario Ara.
Proyectos de futuro
A inicios de este año, Ayala-Dip, desde el hospital, anunció que se retrasaría en el envío de una crítica y reveló su intención de publicar su primera y última novela, titulada Los novios de mi madre. Como lector vocacional, su enfoque no se limitaba a un solo género, sino que se dedicaba a descubrir nuevas voces y seguir sus trayectorias en profundidad a través de sus críticas.
