Cultura de la Cancelación: Un Caso en Colombia
La “cultura de la cancelación” se ha convertido en un fenómeno contemporáneo que se refiere a la decisión colectiva de boicotear a individuos o entidades debido a sus posturas consideradas inaceptables. Aunque se asocia inicialmente con la izquierda política, este concepto puede surgir también desde la derecha. Un claro ejemplo ocurrió recientemente en Colombia, donde sectores de la derecha pidieron a los empresarios del país no dialogar con Iván Cepeda, senador y candidato presidencial de izquierda, quien lidera actualmente las encuestas. Este llamado a boicot se produjo tras una reunión de Cepeda con empresarios de la Cámara de Comercio Colombo Americana, en el marco de su iniciativa de “gran diálogo nacional”.
Reacciones de la Derecha Colombiana
La primera crítica a los empresarios por reunirse con Cepeda provenía del expresidente Álvaro Uribe. Este último ha enmarcado la próxima contienda electoral de 2026 como una lucha contra lo que él denomina “narco-comunismo”. A través de redes sociales, Uribe expresó: “Colombia no necesita empresas ni gremios que apoyen a aquellos que buscan implantar el Castro-Chavismo”. En una entrevista posterior, amplió su crítica señalando que ciertos gremios y empresas estaban causando daño al país, aludiendo a la directora de la Cámara, María Claudia Lacouture, como representante del “petrosantismo”.
El llamado al boicot fue respaldado por otros aspirantes presidenciales. La senadora uribista Vicky Dávila instó: “Empresarios queridos, hay que aprender a decir que NO, cueste lo que cueste”. Otros como María Fernanda Cabal y Paola Holguin hicieron eco de esta opinión, advirtiendo que al dialogar con Cepeda, los empresarios arriesgan su apoyo y su futuro en el país.
Clima Político y Estrategias de Cepeda
La situación actual entre Cepeda, el uribismo y los empresarios ilustra la complejidad del ambiente político en Colombia. Mientras Uribe relaciona a Cepeda con figuras como Hugo Chávez y Fidel Castro, líderes académicos como Angie González indican que el llamado a la cancelación revela la presión que siente el empresariado para posicionarse en esta contienda crucial. Con la incertidumbre de los candidatos, según González, no es prudente que los empresarios se cierren al diálogo con Cepeda.
Por su parte, Cepeda ha rechazado los ataques, definiendo las críticas de “ficciones” y “manipulaciones de la opinión pública”. Aunque ha estado vinculado a organizaciones de izquierda, Cepeda se describe a sí mismo como un defensor de una “revolución ética” que promueve la paz y la justicia social. En este sentido, ha señalado su interés en desarticular la imagen de que el petrismo es anticapitalista, especialmente tras tensiones previas entre el actual presidente, Gustavo Petro, y líderes empresariales como Bruce MacMaster.
Iniciativa de Diálogo Nacional
Iván Cepeda ha enfatizado que durante su participación en el actual Gobierno se han respetado las propiedades privadas y que se han concretado esfuerzos en pro de la reforma agraria sin violencia. “Hemos impulsado un diálogo para derretir el hielo entre empresarios y la política”, afirmó, destacando la necesidad de escuchar y ser escuchado en un entorno cargado de prejuicios.
El empresariado colombiano ha tenido posturas diversas a lo largo de la historia, apoyando a distintos líderes en diferentes momentos. Si bien muchos respaldaron a Álvaro Uribe en su mandato, en elecciones pasadas algunos ofrecieron su apoyo a Petro. El desafío para Cepeda reside en convencer a los inversionistas sobre la viabilidad de su propuesta política en un entorno donde el fantasma de la radicalización aún persiste.
