El reciente asesinato en un restaurante de la Zona Rosa de Ciudad de México ha generado gran controversia. El ataque, que dejó 12 disparos a quemarropa, ha despertado el interés no solo por la brutalidad del crimen, sino también por la identidad de la víctima, cuya confirmación aún está pendiente. Según diversas fuentes, se espera que el fallecido sea Óscar Noé Medina González, conocido como El Panu. Este individuo tenía una posición destacada dentro del Cartel de Sinaloa como compadre y jefe de pistoleros de Iván Archivaldo Guzmán Salazar, hijo de Joaquín El Chapo Guzmán.
La situación delictiva en México ha empeorado en el último año, en parte debido a la guerra entre Los Chapitos, liderados por IVán Archivaldo, y su rival Ismael Zambada Sicairos, “Mayito Flaco”. Este conflicto ha dejado al Estado mexicano expuesto a la violencia, aumentando las tensiones en la región.
De acuerdo con un informe de la Fiscalía General de la Ciudad de México, la pareja de El Panu, María José Rojo Sambrano, de 26 años, es hija de Adolfo Rojo Montoya, un político sinaloense que ha ocupado diversos cargos, incluido el de alcalde de Salvador Alvarado. A pesar de las especulaciones sobre su relación, Rojo Sambrano ha manifestado que las decisiones de sus hijos son asuntos privados.
En la escena del crimen se recolectaron 12 casquillos de bala de calibre 9 milímetros. Los informes periciales indicaron que el cuerpo de Medina González presentaba heridas en la cabeza y el tórax. Inicialmente, Rojo Sambrano identificó erróneamente a su pareja como Óscar Ruiz Domínguez, un empresario hotelero de Mazatlán, y afirmó que ambos habían llegado a la capital en diciembre, manteniendo una relación de seis años basada en comunicaciones a través de Telegram.
Las autoridades estadounidenses han señalado a El Panu como un figura clave en la estructura de seguridad de Los Chapitos. No solo era responsable de la protección personal de los líderes del cartel, sino que también supervisaba a los mandos regionales en varias regiones de México, incluyendo Sinaloa, Sonora y Baja California. Estas áreas son estratégicas para el tráfico de drogas, especialmente de metanfetamina y fentanilo.
El ascenso de Medina González en el organigrama del cartel se favoreció tras la captura y muerte de otros jefes de seguridad, lo que le permitió consolidar su influencia. La DEA ha identificado a El Panu como una pieza central en el tráfico de fentanilo hacia Estados Unidos, con una recompensa de hasta cuatro millones de dólares ofrecida por su captura.
En el contexto de la guerra entre Los Chapitos y Zambada Sicairos, El Panu se volvió un objetivo prioritario para el Gobierno mexicano, especialmente tras las bajas significativas en sus filas, como la de otros líderes cercanos. El conflicto ha incrementado su peligrosidad y la atención de las autoridades debido a sus operaciones a gran escala y la violencia contra el gobierno y grupos rivales.
