La Libertad a Doble Rasero: Autócratas Digitales y Derechos de los Ciudadanos
En el contexto actual, los autócratas digitales defienden una noción de libertad que se traduce en la ausencia de regulación. Esta postura rechaza cualquier tipo de legislación destinada a proteger los derechos de los usuarios, salvaguardar a la infancia, limitar el discurso del odio o frenar los abusos derivados de sus monopolios. Esta dinámica se manifiesta no solo en Estados Unidos, sino también se extiende a Europa, donde cualquier intento de restricción a sus prácticas se interpreta como un ataque a la libertad de expresión y una intromisión en la soberanía estadounidense.
La Libertad de los Multimillonarios
Para estos actores, la libertad no se entiende en términos de los ciudadanos, sino en función de los intereses de los multimillonarios. La inquietante pregunta planteada por Lenin sobre “libertad para qué” encuentra respuesta en el énfasis que las corporaciones tecnológicas estadounidenses y sus aliados políticos dan a los beneficios económicos desmedidos. Este fenómeno no solo ha permitido la ascendencia de figuras como Donald Trump, sino que también busca evitar que las democracias liberales europeas impongan límites a su codicia.
Un Contexto Histórico Perturbador
La ofensiva de estas prácticas se intensificó durante la presidencia de Trump, aunque sus raíces se remontan a hace 15 años. Durante este periodo, el Tribunal Supremo de Estados Unidos justificó la financiación de campañas electorales por parte de empresas bajo el pretexto de la libertad de expresión. Esta interpretación ha permitido que unos pocos multimillonarios influyan significativamente en el panorama político, lo que plantea interrogantes sobre la igualdad de derechos en un sistema que promete justicia para todos.
La Democracia Redefinida
La noción de democracia promovida por Trump y sus seguidores es limitada, al considerarse únicamente como un mecanismo para acceder al poder, sin un verdadero compromiso con un gobierno que represente a la mayoría. Este enfoque ignora las reglas del Estado de derecho y la división de poderes que constituyen la base de una sociedad democrática pluralista y tolerante. Trump, por ejemplo, solo acepta resultados electorales favorables, descalificando el sistema cuando su desempeño es negativo. Este tipo de democracia, que se presenta como una libertad exclusiva para ciertos sectores, se muestra divisiva y excluyente, asemejándose más a ideologías totalitarias que a principios democráticos.
La Convergencia de Totalitarismos Modernos
La intersección de métodos entre el pasado bolchevique y la extrema derecha contemporánea, representada por Trump, se manifiesta también en la presión sobre la Unión Europea. Estas fuerzas, personificadas en figuras como Putin y Trump, ven con recelo el anhelo de un continente europeo unido y estratégicamente autónomo, considerándolo una amenaza a sus visiones autoritarias.
