El Interés Militar de EE.UU. en el Caribe
El presidente Donald Trump parece decidido a utilizar la fuerza militar para consolidar el control de Estados Unidos sobre el Caribe, una región considerada históricamente como área de influencia estadounidense. Esta política se basa en el contexto del tráfico de drogas ilícitas, elevado por Trump a la categoría de amenaza terrorista.
El Nuevo Orden Geopolítico en el Caribe
La situación actual en el Caribe abarca varios países, incluyendo México, Colombia, Venezuela, así como las islas como Puerto Rico y Cuba. Esta dinámica evoca la Conferencia de Yalta de 1945, donde líderes aliados decidieron cómo dividir el mundo tras la Segunda Guerra Mundial. De manera similar, se observa un nuevo orden de poder, con EE.UU. buscando reafirmar su dominio en la región.
Pretextos y Acciones Militares
Trump inició su mandato afirmando que el Golfo de México debería llamarse «de América» y en enero sugirió que EE.UU. podría retomar el control del Canal de Panamá. Afirmaciones falsas sobre la influencia china en la operación del canal han precedido a acciones que han puesto la mira sobre Venezuela y Colombia, bajo la justificación de su supuesta falta de colaboración en la lucha contra el narcotráfico.
Recientemente, EE.UU. ha intensificado sus operaciones en el Caribe, hundiendo embarcaciones venezolanas y llevando a cabo ataques como el realizado el 17 de octubre contra un buque vinculado al Ejército de Liberación Nacional (ELN). Para la administración estadounidense, tales acciones son catalogadas como «actos de guerra». El secretario de Defensa, Peter Hegseth, equiparó a los narcotraficantes con terroristas islámicos, afirmando que «serán perseguidos y aniquilados igual que Al Qaeda».
Tensiones Diplomáticas en América Latina
Trump ha puesto en el punto de mira al presidente colombiano Gustavo Petro, acusándolo de ser un líder del narcotráfico y tomando medidas como la descertificación de Colombia y el retiro de visados. Esto ha llevado a que Petro convoque a su embajador, profundizando aún más la crisis en las relaciones bilaterales, que están en su punto más bajo en la historia reciente.
La Resistencia al Intervencionismo
A pesar de la alarma que genera esta situación, numerosos analistas consideran que una invasión directa de EE.UU. a Venezuela o Colombia no está en los planes inmediatos. Las acciones parecen dirigidas más a establecer un control sobre el Caribe, visto como una zona de influencia directa.
La retórica desmedida por parte de Trump y su administración ha generado dificultad en la política internacional. Acusar a Petro de narcotráfico es una afirmación que ha sido cuestionada incluso por sus opositores. Este clima de hostilidad puede tener repercusiones significativas en la economía colombiana y en la dinámica regional.
La Oposición y sus Consecuencias
Los sectores de oposición en Colombia han respondido de manera contradictoria, celebrando las acciones de EE.UU. Sandra Borda, una analista política, advierte sobre los peligros de buscar apoyo externo para intervenciones en el país, sugiriendo que pueden enfrentar un alto costo electoral. Este tipo de conducta es vista como una falta de límites en la política interna.
La Necesidad de Diálogo Multilateral
La crisis en el Caribe debe ser abordada en la IV Cumbre CELAC-Unión Europea, programada para noviembre en Santa Marta. Los países comprometidos con el respeto a las instituciones multilaterales deben pronunciarse en contra de esta política intervencionista. Los riesgos de abandonar el multilateralismo en favor de una supremacía militar no benefician a nadie, ni siquiera a EE.UU., que podría pasar de ser una nación admirada a una nación temida en el escenario global. Con el ascenso de China, el futuro de la política en el Caribe se torna aún más incierto.
