El Debate sobre el Salario Mínimo en Colombia: ¿Un Juego de Suma Cero?
En Colombia, persiste una noción en muchas discusiones económicas, incluida la del salario mínimo, que sugiere que lo que ganan unos lo pierden otros. Esta mentalidad, a menudo presente entre empresarios y trabajadores, puede resultar perjudicial para el bienestar general de la sociedad. La única manera de romper con esta tendencia sería aumentar el volumen de negocios en el país.
Atraer Nuevas Empresas a Colombia
Hacer crecer el volumen de negocios no implica que las empresas existentes deban expandirse necesariamente, sino que es vital atraer nuevas iniciativas que ofrezcan productos tanto a Sur, Centro y Norteamérica como a otros mercados globales. A pesar de ello, existen sectores empresariales y políticos que se oponen a esta apertura, prefiriendo mantener el estatus quo, lo que conlleva a que millones de colombianos permanezcan en situaciones de subempleo.
Las Causas de la Informalidad Laboral
Es curioso que la alta informalidad se atribuya a los incrementos en el salario mínimo y a su cercanía con el salario medio. Según este enfoque, si los salarios se aumentan por encima de la inflación y de un 1%, los empresarios sufrirían pérdidas y el empleo disminuiría. Sin embargo, a lo largo de los últimos 15 años, las decisiones de aumento del salario mínimo han variado – desde el gobierno de Álvaro Uribe hasta el actual de Gustavo Petro – sin que esto haya revertido la informalidad laboral.
Un Enfoque Económico Limitado
La premisa de que no se deben aumentar los salarios para evitar la informalidad es un reflejo de una mentalidad que limita el potencial de la economía. El verdadero objetivo debe ser propiciar un crecimiento sostenible que permita aumentos salariales estables y de calidad, en lugar de mantener una economía restringida que da escaso margen para la generación de empleo digno.
Retos a la Apertura Económica
La oposición a la apertura económica en Colombia ha sido histórica. Desde el gobierno de Misael Pastrana hasta el actual, la resistencia a implementar reformas que favorezcan un entorno empresarial más dinámico ha prevalecido. Esto ha resultado en una economía que, aunque pequeña, se ha visto profundamente afectada por la falta de innovación y competencia.
Un Legado de Restricciones
Las fuerzas conservadoras han frenado diversas iniciativas necesarias para el desarrollo económico. Este temor a perder participación en la economía ha llevado a una mentalidad que prefiere un crecimiento limitado en vez de adoptar políticas que generarían mejores salarios. En el presente, un proyecto de ley impulsado por Iván Cepeda busca limitar la capacidad de empresas mineras, afectando potencialmente la inversión extranjera y el desarrollo de sectores clave.
Tal legislación podría crear un entorno en el que el Estado tenga la potestad de cancelar contratos por razones vagas, lo que a su vez debilitaría la confianza empresarial y perpetuaría la informalidad.
El Impacto del Salario Mínimo en la Competitividad
Sobre el crecimiento de un país, el verdadero desafío es reducir la informalidad y garantizar que los salarios reales crezcan de forma sostenible. Aumentar las utilidades a expensas de una alta informalidad y salarios estancados no aporta al desarrollo social. La mano de obra representa solo uno de los muchos costos a los que se enfrentan las empresas y concentrarse exclusivamente en el salario mínimo desvía la atención de otras distorsiones que afectan la competitividad.
Conclusiones sobre la Realidad Económica
En definitiva, la discusión sobre el salario mínimo en Colombia no puede ser vista de manera aislada. El enfoque en la reducción del mismo como solución a la informalidad ignora una serie de barreras económicas de mayor calado que deben ser abordadas. Esto, a su vez, afecta negativamente a los trabajadores que son quienes realmente enfrentan las consecuencias de estas decisiones.
