Contaminación en la Refinería Miguel Hidalgo: Desafíos y Reacciones de la Comunidad
La Refinería Miguel Hidalgo, ubicada en Tula, Hidalgo, es un símbolo de la crisis ambiental en la región. Desde la distancia, su imponente conjunto se vislumbra con sus numerosas fumarolas y las llamas de quemadores que iluminan el cielo, generando un paisaje cubierto de humo y polvo negro. La vegetación cercana ha perdido su color verde natural y los habitantes del Valle del Mezquital deben afrontar una mezcla de olores extraños. Pese a este panorama preocupante, el pasado 14 de diciembre, una parte de la población de Tula, Tlaxcoapan y Atitalaquia rechazó la instalación de un Parque Ecológico y de Reciclaje, propuesto por el Gobierno federal para mitigar el daño ambiental.
Consulta ciudadana y bajas tasas de participación
En la consulta, el Instituto Estatal Electoral de Hidalgo (IEEH) reportó una participación ciudadana del 8.77% de la lista nominal. De 139,831 ciudadanos convocados, solo 12,259 ejercieron su derecho al voto. Este notable bajo nivel de participación refleja un descontento acumulado por décadas de abandono y la falta de políticas efectivas para enfrentar los efectos nocivos de las industrias en la región.
Fuentes de contaminación en la región
La contaminación en Tula no se limita a la refinería de Petróleos Mexicanos (Pemex); también se sitúa cerca de la planta termoeléctrica de la Comisión Federal de Electricidad (CFE) y diversas industrias como fábricas de químicos, plásticos, cementeras y el río Tula, que recibe aguas residuales del Valle de México.
Angélica Arellano, activista y habitante de la región desde hace ocho años, ha liderado la Red de Conciencia Ambiental Queremos vivir. La red ha trabajado para informar a la comunidad sobre los efectos negativos del proyecto de reciclaje. Arellano relata que su lucha comenzó por el problema de las aguas residuales vinculadas al Túnel Emisor Oriente (TEO), que afecta a escuelas contiguas al río Tula. La activista ha sido testigo del impacto en la salud de los niños, incluido su propio caso familiar, donde su hija presenta severas alergias relacionadas con la contaminación.
Dudas sobre el proyecto de economía circular
A medida que se anunciaba el proyecto de economía circular, surgieron reservas entre los colectivos. Aunque las autoridades afirmaron que la planta no recibiría residuos de otros estados, ambientalistas sostienen que la retórica inicial presentaba un enfoque «metropolitano». En una conferencia en octubre de 2024, la secretaria de Medio Ambiente, Alicia Bárcena, mencionó la necesidad de vincular el parque con el saneamiento del río Tula y abordar los residuos que provienen del Estado de México y la Ciudad de México.
Arellano argumenta que la retórica se contradice, señalando que si la capacidad de residuos de la región no es suficiente, sería inevitable importar basura de otros lugares. La falta de respuesta a las solicitudes de información sobre la Manifestación de Impacto Ambiental es otro punto de conflicto que los grupos ambientalistas han denunciado.
Demandas y expectativas de la comunidad
René Romero, del Colectivo de Comunidades en Defensa de la Vida, destaca la escasa disposición del Gobierno a dialogar sobre necesidades básicas en la región. Asegura que la falta de información sobre contaminantes peligrosos exacerba los problemas que enfrentan las comunidades. Citlali Martínez Reyes, miembro de la Unión Ecologista San Jerónimo Tlamaco, expresa su incredulidad ante la idea de que un proyecto de reciclaje podría resolver la contaminación presente, argumentando que la solución radica en devolver un espacio verde a la comunidad.
Los colectivos ambientales continúan exigiendo que las autoridades atiendan sus necesidades. Arellano enfatiza que la ruptura con entidades gubernamentales no debería ser un obstáculo para abordar los problemas de residuos que enfrenta la región. Recientemente, Marco Antonio Rico Mercado, dirigente de Morena en Hidalgo, hizo un llamado a replantear el proyecto, destacando la importancia de escuchar a la comunidad.
Un panorama complejo de crisis ambiental
La región de Tula ha sido escenario de múltiples tragedias. En 2019, una explosión en una toma clandestina de combustible dejó 73 muertos, mientras que en 2021, una descarga de aguas por el TEO provocó inundaciones que resultaron en la evacuación de más de 10,000 personas y la muerte de 17 pacientes en un hospital. Además, el activista Jesús Bañuelos fue asesinado en 2022 mientras clamaba por la clausura de un basurero en Atitalaquia.
Para muchos expertos y funcionarios, Hidalgo se considera uno de los «seis infiernos ambientales» de México, destacando la urgente necesidad de abordar esta crisis con políticas sostenibles y participativas.
