La icónica actriz y cantante Barbra Streisand se sintió “devastada” tras la muerte de su perra Samantha. Después de más de 14 años juntas, decidió conservar un pedazo de su esencia, enviando el ADN de su mascota a los laboratorios de Viagen, una destacada empresa de Texas especializada en la clonación de mascotas. Como resultado, recibió dos cachorras, Miss Violet y Miss Scarlett.
Una situación similar ocurrió con el presidente argentino Javier Milei, quien también optó por la clonación de su perro Conan, generando cinco cachorros. Recientemente, el exjugador de fútbol americano Tom Brady se unió a esta tendencia al clonar a su perra Lua. Viagen, en su sitio web, asegura que su objetivo es “mantener vivos” a estos animales, justificando el negocio de la clonación, que tiene un costo cercano a los 50,000 euros. Sin embargo, este proceso no puede reproducir la personalidad del animal original, planteando interrogantes sobre la efectividad de la industria, la cual ha crecido un 15% anual.
Un mercado en crecimiento
El mercado global de clonación de mascotas, principalmente enfocado en gatos y perros, alcanzará los 300 millones de dólares en 2024, según un análisis de Wise Guy. Las proyecciones indican que podría llegar a 1,500 millones en 2035. En España, la empresa Ovoclone, con sede en Marbella, ofrece estos servicios a nivel mundial, como explicó Enrique Criado, su CEO. La firma Viagen, que recientemente fue adquirida por Colossal, también es clave en este sector, aunque ninguna de estas compañías ha divulgado cifras sobre sus negocios o el número de animales clonados.
Tecnología y proceso de clonación
La tecnología utilizada por Viagen se basa en el mismo principio que se usó para clonar a la oveja Dolly. A través de un procedimiento que permite extraer una biopsia de piel, se cultivan las células y se congelan. Una vez que el cliente decide proceder, el núcleo de una célula se introduce en un óvulo de una perra donante, dando lugar a un embrión que se implanta en una madre sustituta. Si todo marcha bien, después de unos meses, nace un cachorro que comparte el 99.9% del ADN con su animal original.
Expectativas de los clientes
Blake Russell, presidente de Viagen, aclara que sus clientes comprenden que el animal clonado no será una réplica exacta del anterior. “Les aseguramos que tendrán un cachorro único”, explica. Según Russell, el proceso de clonación comienza con un servicio de preservación genética, lo que permite a los dueños reflexionar sobre su decisión. Criado, de Ovoclone, aporta que sus clientes no son solo personas adineradas; muchos financian la clonación de sus mascotas o guardan la línea genética de sus animales por tasas más accesibles.
Consideraciones éticas y bienestar animal
Fabiola Leyton, experta en bioética y ética animal, afirma que cualquier negocio que dependa de la explotación de seres sintientes es moralmente cuestionable. Señala que la clonación conlleva preocupaciones sobre el bienestar de las madres sustitutas y los embriones. Además, resalta que en España hay aproximadamente 300,000 perros y gatos en refugios que necesitan un hogar, lo que plantea interrogantes éticos sobre la clonación en vez de optar por la adopción.
Desafíos de la clonación
La ciencia en este campo presenta variaciones significativas, y un estudio reciente indica que la “eficiencia de clonación en perros” se sitúa en torno al 2%. Sin embargo, aquellos que sobreviven a la gestación presentan tasas de muerte y longevidad similares a las de los perros no clonados. Este contexto da pie a un debate ético sobre el propósito de clonar un animal, ya que no se puede garantizar que el nuevo cachorro tenga la misma personalidad o historia que su predecesor.
En este sentido, Russell de Viagen considera que la mayoría de los clientes que buscan los servicios de clonación son personas que acaban de perder a sus mascotas. Esta industria también se dirige a la “producción de perros de rendimiento”, que tienen habilidades únicas y han demostrado ser efectivos en tareas específicas.
Perspectivas futuras
A pesar de las críticas, Russell y Criado creen en un futuro donde la clonación se acepte como una herramienta válida. Según una encuesta de Gallup en 2018, el 60% de los estadounidenses consideraba moralmente incorrecta la clonación animal, aunque los directivos de las empresas clonadoras confían en que esto cambiará conforme aumente la educación sobre el proceso y sus beneficios potenciales.
Los expertos coinciden en que la biología introduce variaciones que desestimulan la posibilidad de reproducir una vida de forma exacta. La clonación puede replicar un genoma, pero no puede reproducir la historia única de un ser vivo, lo que plantea una reflexión sobre la naturaleza de nuestras relaciones con las mascotas que compartimos.
