La política chilena ha estado marcada por dilemas sobre seguridad y orden, resonando con un enfoque típicamente alemán de evitar sorpresas y buscar garantías: Sicher ist sicher. Sin embargo, la reciente elección en Chile ha revelado que estas cuestiones se entrelazan con una crisis más profunda que afecta al progresismo. A medida que las elecciones avanzan, la incertidumbre persiste sobre el futuro político del país.
Un panorama electoral incierto
El 14 de diciembre se llevará a cabo una elección crucial en la que se definirán dos candidatos: Jeannette Jara, representante del progresismo y correligionaria comunista, y José Antonio Kast, de la derecha. Jara se enfrenta a un entorno no solo complicado, sino que también arriesgado, dado que debe atraer tanto a votantes populistas de Franco Parisi como a centroderechistas que desconfían de Kast y que aún no hallan un camino hacia la centro-izquierda.
El mensaje de las urnas ha sido claro: el progresismo no ha logrado convencer como se esperaba. Algunos votantes que apoyaron a Gabriel Boric anteriormente han redirigido su apoyo hacia Parisi. Este fenómeno plantea interrogantes sobre la dirección futura de Chile.
Desafíos estructurales tras el fracaso del proceso constituyente
El desempeño electoral de Jara, al obtener un 26,8% de los votos y posicionarse en primer lugar, se sitúa por debajo de las expectativas. Este resultado no se atribuye únicamente a su militancia política ni a un supuesto giro hacia la derecha del electorado. Esto se evidencia en el sólido apoyo que recibió Parisi, quien, con su lema “Ni facho, ni comunacho”, cosechó cerca del 20% de los sufragios.
Ambos casos reflejan un problema estructural: tras el fracaso del primer borrador constitucional, la izquierda ha perdido su proyecto transformador. La promesa de una nueva Constitución progresista, que era fundamental para su agenda, se ha desvanecido, dejando al Gobierno de Boric sin una mayoría en el Congreso y limitado al manejo del statu quo.
Los chilenos buscan soluciones, no extremos
El comportamiento electoral de los últimos años muestra que la ciudadanía chilena no se siente atraída por extremos, sino que busca soluciones a problemas concretos como la seguridad, el empleo y la salud. Esta tendencia favorece a figuras como Kast y Parisi, quienes aún no han enfrentado la dura realidad de sus promesas. En contraste, la izquierda ya ha visto como su propuesta central ha fracasado, lo que ha minado su capital político.
Las estrategias de Kast: un enfoque arriesgado
Las propuestas de Kast, con un enfoque de «mano dura» que incluye la militarización y el cierre de fronteras, pueden parecer atractivas inicialmente. Sin embargo, experiencias en otros países, como El Salvador, demuestran que la represión puede llevar a la violencia hacia otros niveles y socavar los derechos humanos. La implementación de un estado de excepción permanente no representa una solución sostenible y pone en riesgo los principios democráticos.
Las propuestas de Jara: propuestas sostenibles pero menos llamativas
Aunque la propuesta de Jara de implementar un salario vital suena menos impactante, sus fundamentos económicos apuntan hacia el fortalecimiento de la demanda interna. A diferencia de las promesas de Kast, su enfoque hacia la seguridad, que prioriza la prevención y la integración social, ha demostrado ser más efectivo a largo plazo. Sin embargo, esta estrategia choca con un electorado cansado de la incertidumbre política.
La decisión crítica de Chile
Si Jara gana, se abriría un camino hacia reformas sociales sostenibles. Por el contrario, una victoria de Kast podría conllevar un rumbo incierto que pondría en riesgo la seguridad y los principios democráticos. Su vinculación con la ultraderecha y su enfoque de agradecimiento a la divinidad en lugar de a los votantes subrayan una política que prioriza un orden basado en la fuerza sobre el compromiso democrático.
Chile ahora enfrenta un momento decisivo donde el electorado debe equilibrar la búsqueda de seguridad con la preservación de un orden democrático que garantice los derechos de todos los ciudadanos.