La Influencia de Negrín en la Vida de Almudena Grandes
Durante años, un gato llamado Negrín convivió con la familia de Almudena Grandes, el cual fue encontrado por sus hijas en un aparcamiento de la urbanización de Rota, donde solían pasar los veranos. La decisión de llevarse al pequeño gato a casa fue impulsiva, aunque Almudena advertía la locura de asumir la responsabilidad de una mascota en medio de una vida llena de desplazamientos. Con el nombre de Negrín, una figura emblemática de la historia de España, el gato se convirtió en un símbolo, quedándose para siempre en su hogar y en su recuerdo.
La Escritura como Proceso Vital
Escribir va más allá de simplemente sentarse ante un ordenador. Según Almudena, el proceso implica entrelazar la vida, los recuerdos y las emociones. Ella defendía la necesidad de una disciplina diaria en la escritura, pero también la importancia de que esta se mezclara con la realidad cotidiana. Cuando escribía sus novelas, buscaba la intimidad de sus personajes, explorando sus emociones más profundas, desde el amor hasta el miedo.
Literatura, Historia y Libertad
La relación entre literatura e historia es indisoluble, testimonia la vida de Almudena, quien se formó en un contexto marcado por la lucha por la libertad en España. La Movida Madrileña fue un fenómeno que simbolizaba la afirmación de una nueva identidad femenina y el deseo de romper con el pasado dictatorial del franquismo. Este aire de libertad también influyó en el surgimiento de EL PAÍS, un periódico que buscó dar voz a una democracia renovada.
Un Legado en el Periodismo
Almudena Grandes se integró en EL PAÍS como columnista, heredando la columna del emblemático Manuel Vázquez Montalbán. Sus artículos se centraban en conectar lo personal con lo colectivo, abordando temas de actualidad desde su propia perspectiva. Esto le permitió ser un puente entre la literatura y el contexto social de su tiempo, reflexionando sobre la cotidianidad con profundidad y claridad.
Cuatro Años Sin Almudena Grandes
Hoy se cumplen cuatro años de su fallecimiento. La memoria de Almudena vive en quienes la leyeron y apreciaron su obra. Personas desconocidas, al saludar, evocan su legado literario y periodístico. La muerte, como escribió el poeta Luis Rosales, no interrumpe nada; el cariño y el recuerdo permanecen vivos. Así, en cada instante en que se recuerda a Almudena, su esencia y su conexión con Negrín perduran en el tiempo.
*Este texto es el prólogo escrito por Luis García Montero en exclusiva para ‘Cuatro años sin Almudena Grandes: columnas memorables que vuelven del archivo de EL PAÍS’, una selección de columnas que recorren más de dos décadas de colaboración entre la escritora y el diario.