Controversia por Ataques del Pentágono en el Caribe
La discusión sobre un posible crimen de guerra cometido por el Pentágono durante el primer ataque militar estadounidense contra una supuesta narcolancha en el Caribe en septiembre no se apacigua. Recientemente, el Comando Sur anunció un nuevo ataque que dejó cuatro muertes. Este hecho ocurrió tras la comparecencia del almirante Frank Bradley ante el Congreso, donde se discutió el primer ataque que hundió la embarcación. Según informes, Bradley dio la orden de un segundo ataque que resultó en la muerte de los supervivientes. Un legislador que asistió a la reunión calificó las imágenes presentadas como «una de las cosas más turbadoras» que ha presenciado en su vida política.
Testimonios en el Congreso
Durante su comparecencia, Bradley rechazó haber recibido instrucciones, ya sea verbales o escritas, para «matarlos a todos» o «no dar cuartel». Esta declaración contradice las afirmaciones difundidas de que el secretario de Defensa, Pete Hegseth, habría ordenado el segundo ataque para eliminar cualquier testigo. Las versiones de los legisladores presentes reflejan una clara división partidaria. Mientras los demócratas expresaron su horror ante lo sucedido, los republicanos defendieron el ataque como «legal y letal».
El senador Tom Cotton destacó que las acciones de los militares fueron «exactamente lo que se esperaba». En contraste, Jim Himes, demócrata y alto miembro del Comité de Fuerzas Armadas de la Cámara de Representantes, descrito como problemático el vídeo mostrado durante la sesión, que omitía el audio, alegando que las imágenes mostraban a militares estadounidenses atacando a marinos náufragos.
Visiones P distintas del Incidente
Según Himes, tras el primer ataque, los supervivientes «no estaban en posición de continuar su misión». Por su parte, Cotton interpretó las imágenes de manera diferente, señalando que los sobrevivientes estaban intentando recuperar su embarcación, lo cual representaba un potencial riesgo para otros en la zona.
Existen propuestas para hacer público el vídeo, un avance que el presidente Trump consideró «sin problema». La campaña militar contra narcolanchas en el Caribe, que ha resultado en el hundimiento de al menos 22 embarcaciones y la muerte de 87 personas, es conocida como «Lanza del Sur». Las dudas sobre su legalidad han crecido, especialmente con el nuevo ataque y sus implicaciones.
Narrativa sobre el Objetivo Militar
El gobierno estadounidense sostiene que su presencia militar en el Caribe tiene como objetivo combatir el tráfico de drogas. Sin embargo, otros países como Venezuela consideran que el verdadero propósito es provocar un cambio de régimen. La reciente operación, que alegó que la embarcación transportaba narcóticos, ha intensificado la controversia.
Respuestas Institucionales y Nuevas Investigaciones
La sesión en el Congreso se programó tras informes que indicaban que el Pentágono había ocultado detalles sobre el segundo ataque. Las leyes de guerra prohíben atacar a los sobrevivientes de un ataque marítimo. Además, el jueves se presentó un informe que acusó a Hegseth de violar protocolos de seguridad, poniendo en riesgo a las tropas al compartir información sensible sobre operaciones en Yemen, en un escándalo apodado «Signalgate».
La investigación surgió tras un incidente en el que un periodista, Jeffrey Goldberg, averiguó por error sobre un grupo en la plataforma Signal, donde se discutían detalles de una operación militar en curso. Aunque el informe no concluye que Hegseth haya divulgado información clasificada, lo que sí se destaca es el riesgo que conllevó su uso de una red social comercial para intercambiar información militar sensible.
