Poza Rica exige ayuda urgente tras intensas lluvias devastadoras

EL PAÍS

Desbordamiento en Veracruz: Poza Rica y Álamo Temapache enfrentan la devastación

“¡Ya hay luz, ya hay luz!”, gritan eufóricos los vecinos de la colonia Ignacio de la Llave en Poza Rica, . Es martes y han pasado cuatro días desde que el río Cazones se desbordó con una fuerza devastadora. Algunos sectores comienzan a recuperar la electricidad, mientras los habitantes buscan enchufar teléfonos y los pocos aparatos que sobrevivieron a la inundación, que alcanzó hasta cuatro metros de altura.

En la colonia, una de las más afectadas, el desastre aún se siente presente, como si hubiera ocurrido la noche anterior. Las paredes están húmedas, el lodo cubre las calles hasta las rodillas y el olor a descomposición de es abrumador. La ayuda y la presencia de las autoridades, según los habitantes, han llegado tarde.

La dura realidad de los pozarricenses

Las botas de hule son ahora parte del uniforme diario de los pozarricenses, al igual que escobas y palas. Algunos utilizan cubrebocas mientras intentan rescatar objetos entre los restos cubiertos de barro. Familias enteras sacan colchones, lavadoras y muebles, creando montones que se acumulan en las calles. Un convoy con pipas de y camiones con víveres circula, pero los vecinos aseguran que la ayuda real aún no ha llegado.

Con los rayos del sol, los damnificados se enfrentan a su rutina diaria para intentar limpiar la devastación. A diferencia de localidades como Huauchinango, en Puebla, donde militares y voluntarios trabajan coordinadamente, en Poza Rica, la organización de las autoridades es escasa. Durante un recorrido, se observa que el personal militar y de parece disperso o ausente. “Ya es el cuarto día y no llegan o están por poco tiempo”, lamenta Roberto, un residente de 64 años.

Descontento generalizado

El descontento con las autoridades se ha apoderado de Poza Rica. Durante la visita de la presidenta , los vecinos la recibieron con gritos y exigencias por la falta de respuesta. También critican las declaraciones de la gobernadora Rocío Nahle, quien calificó la situación de “un ligero desbordamiento”. Las familias cuestionan la falta de advertencias y un plan de emergencia. La confusión es palpable, y muchos aseguran no saber cuántas personas han fallecido realmente en el Estado, donde la cuenta oficial es de 29 .

Las calles están colapsadas. Los autos y camiones intentan circular entre el caos sin un rumbo aparente. Muchos negocios fueron víctimas de saqueos en los días posteriores a la inundación. “La rapiña empezó rápido”, afirma Roberto, quien se resigna a cuidar lo que queda. Según los vecinos, la única ayuda real ha llegado de la Cruz Roja y de “influencers”, como Yulay, un destacado youtuber que ha llevado víveres y agua a las comunidades afectadas.

Desafíos en Álamo Temapache

Las lluvias han impactado duramente a cinco estados: Veracruz, Puebla, Hidalgo, y , dejando más de 100,000 viviendas damnificadas. Veracruz es el estado más afectado, con Álamo Temapache, a 55 kilómetros de Poza Rica, sufriendo especialmente la falta de ayuda. Aquí, los caminos fueron bloqueados por deslaves, complicando la comunicación.

Los vecinos relatan cómo “la pesadilla” llegó por la noche, provocando pánico ante nuevas lluvias. “No sabemos qué esperar”, dicen, mientras la luz eléctrica sigue intermitente. Este martes, una caravana de la Cruz Roja llega a Álamo. Al verlos, los vecinos, ansiosos, claman por ayuda, en medio de la devastación que los ha dejado incomunicados.

Los voluntarios de la Cruz Roja, ante una multitud de aproximadamente 300 personas, distribuyen kits de emergencia y atienden a los heridos. Gabriel López, responsable de la operación, menciona las dificultades de acceso debido a bloqueos y derrumbes, destacando el agotamiento de los voluntarios, muchos de los cuales también han perdido sus hogares.

Actos de solidaridad y heroísmo

Las heroicas son evidentes entre los residentes. Alejandro Olarte, por ejemplo, se despertó ante las advertencias sobre el aumento del nivel del río y ayudó a sus vecinos a evacuar minutos antes de que el agua inundara su calle. Aunque ha perdido su tienda de abarrotes, no se considera un héroe; como muchos otros, simplemente actuó.

Personas en Poza Rica y Álamo Temapache se han volcado en ayudar a sus vecinos, compartiendo lo que pueden y organizando esfuerzos de rescate. “Aquí ya no preguntamos ‘cómo estás’. Solo decimos ánimo”, concluyen, con la esperanza de superar esta tragedia.

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