Esta historia ha sido publicada conjuntamente con el Texas Observer y Puente News Collaborative, una organización sin ánimo de lucro dedicada a la información, organización y financiación de noticias de calidad y rigor informativo enfocadas en la frontera entre Estados Unidos y México.
Intervenciones en Ciudad Juárez: Programa Compañeros
A medida que los trabajadores de la salud se acercan a los refugios improvisados junto a las vías del tren en Ciudad Juárez, los consumidores de drogas se preparan para recibirlos. Este grupo se dedica al intercambio de jeringas usadas por limpias, una práctica crucial para prevenir enfermedades y lesiones. Programa Compañeros, una ONG que asiste a poblaciones vulnerables, ha dedicado años a construir relaciones con quienes consumen heroína en los picaderos de la ciudad.
Desafíos en un entorno militarizado
Los picaderos en Juárez, aunque tolerados por algunas autoridades, mantienen a sus usuarios vulnerables a abusos por parte de fuerzas militares y policiales, que han aumentado su presencia en esta ciudad fronteriza desde que el presidente Donald Trump impulsó despliegues adicionales en la región. Investigaciones previas han demostrado que la militarización complica la labor de los trabajadores de salud, que intentan llegar a estas poblaciones marginadas.
Una de las voces de esta comunidad es Erick, un hombre de 38 años que describe su desconfianza inicial hacia los trabajadores de Programa Compañeros, a quienes consideraba como posibles agentes de la ley. Sin embargo, el enfoque de la organización, que se centra en la reducción de daños, ha empezado a ganarse la confianza de los usuarios de drogas, al ofrecerles no solo agujas limpias, sino también acceso a servicios de salud y apoyo social.
La crisis del fentanilo
La reducción de daños es esencial en un contexto donde el fentanilo, un opioide sintético, ha comenzado a circular en las calles de Ciudad Juárez, exacerbando la crisis de salud pública. En mayo, un lote adulterado de cocaína provocó la muerte de cinco personas en menos de dos horas.
La localidad de Ciudad Juárez presenta retos únicos para brindar estos servicios, ya que es un punto de llegada para migrantes que huyen de la violencia y buscan trabajo, muchas veces regresando a un país que apenas conocen. Esto incluye a deportados recientes, como Erick, que enfrentan dificultades debido a la creciente militarización de la frontera.
Militarización y sus consecuencias
La doctora Patricia González Zúñiga destaca que nunca antes la frontera había estado tan militarizada. La atmósfera de vigilancia, intensificada con el Operativo Espejo en México, ha llevado a un aumento en las tácticas agresivas de las fuerzas de seguridad, complicando el trabajo comunitario y la relación con poblaciones vulnerables. Los trabajadores de salud advierten que esta situación puede empujar a los usuarios de drogas más hacia la clandestinidad, dificultando su acceso a servicios esenciales.
Mientras tanto, programas como el de Programa Compañeros siguen firmes en su misión de proporcionar suministros vitales para el consumo seguro de drogas. Estudios han demostrado que los programas de intercambio de jeringas no solo disminuyen la propagación de enfermedades, sino que también sirven como puerta de entrada a programas de tratamiento y recuperación.
Falta de recursos y cooperación binacional
La región entre El Paso y Ciudad Juárez enfrenta una escasez de recursos que limita la capacidad de las organizaciones que luchan por implementar estrategias de reducción de daños. Las políticas restrictivas del estado de Texas han disminuido el financiamiento, creando incertidumbre entre las ONG que operan en áreas con altas poblaciones indocumentadas.
A pesar de estos desafíos, la frontera también ofrece oportunidades de colaboración. Medicamentos cruciales, como la naloxona, se comparten entre organizaciones de ambos lados, generando un impacto positivo en las comunidades vulnerables.
El futuro del consumo de drogas en la frontera
La creciente militancia de las autoridades puede aumentar el riesgo para quienes utilizan productos ilegales, creando un clima de temor. Joey Montes, de la Recovery Alliance de El Paso, señala que la presencia de fuerzas armadas provoca que muchos se sientan inseguros y busquen esconderse.
Los cambios en la política fronteriza de los últimos años generan preocupaciones sobre cómo estos afectarán no solo el consumo de drogas, sino también el acceso a servicios médicos y de apoyo social, vitales para la salud de estas comunidades.
Jason Buch es un periodista de investigación independiente en Austin. Originario de Texas, ha cubierto la frontera desde 2007, escribiendo sobre temas que van desde el lavado de dinero hasta el pez lagarto (alligator gar) en el Río Grande.