La Agenda 2030: Un Desafío a 10 Años de su Lanzamiento
La Agenda 2030, el marco global acordado por los Estados de Naciones Unidas para el desarrollo sostenible, conmemora sus diez años transcurridos con un panorama desalentador: solo el 17% de sus objetivos se encuentran en camino de cumplirse, y las perspectivas para su cumplimiento se tornan cada vez más sombrías.
Un Contexto de Crisis Global
La Agenda, adoptada en 2015, partió de un diagnóstico claro sobre las falencias del modelo de desarrollo actual. Propuso abordar las crisis interconectadas que afectan al planeta, aunque su implementación depende de un compromiso serio y de recursos dedicados por parte de los diferentes territorios, así como de una participación genuina del sector privado.
Consecuencias de la Falta de Voluntad Política
Diez años después, el contexto no es nada favorable. No se han adoptado medidas significativas para modificar modelos de producción y consumo que sean justos y sostenibles. Además, el incremento de conflictos bélicos ha generado desplazamientos forzosos en rutas migratorias cada vez más peligrosas.
La situación de la democracia también es alarmante. Según el Democracy Digest 2024 de la Economist Intelligence Unit, el índice global de democracia alcanzó un “mínimo histórico”. Asimismo, un informe de CIVICUS señala que el 72,5% de la población mundial reside en naciones donde los derechos están seriamente restringidos. Esto se suma a las deficiencias en la gobernanza de los sistemas alimentarios, que, a pesar de no poder alimentar a más de un cuarto de la población mundial, son responsables de casi el 40% de las emisiones de gases de efecto invernadero.
Financiación para el Desarrollo y Prioridades en Rearme
La falta de un compromiso político se evidencia en la brecha de financiación necesaria para alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), que se sitúa en 4 billones de dólares anuales. Mientras tanto, las naciones más poderosas destinan un 5% de su PIB al rearme y continúan respaldando la industria fósil, que recibió 7 billones de dólares en 2022.
Además, entre 21 y 32 billones de dólares se encuentran ocultos en paraísos fiscales, según un estudio de 2014 de la Tax Justice Network. En lugar de invertir recursos en políticas que beneficien a las personas y al planeta, se han reducido los fondos de Ayuda Oficial al Desarrollo (AOD), dejando desprotegidos a millones en las regiones más desfavorecidas.
Discusiones Regresivas y Desafíos Actuales
A pesar de las previsiones de 2015 sobre la inacción, la amenaza se ha intensificado con el avance de sectores con intereses específicos que se oponen a la Agenda 2030. Esto ha sido potenciado por movimientos que desestiman la necesidad de transformación, dando lugar a líderes extremistas que propagan la desinformación y el odio.
La Encrucijada Global
La acumulación de estos problemas ha llevado a una encrucijada crítica para la humanidad, donde se requiere una respuesta integral frente a múltiples crisis interconectadas. En un momento en que el multilateralismo enfrenta serias presiones, el secretario general de Naciones Unidas ha hecho un llamado para restaurar la confianza en este modelo y dar un nuevo impulso hacia 2030.
A lo largo de 2025 se celebrarán eventos clave, como la Cumbre de Desarrollo Social en Qatar y la COP 30 en Brasil. Sin embargo, hasta ahora, se ha mantenido una propuesta de compromisos ya existentes, que han sido sistemáticamente incumplidos, y no se vislumbra una ruta clara para su implementación.
Horizontes Posibles y Fuerza Colectiva
No existe margen para resignarse a que la Agenda 2030 se convierta en una promesa no cumplida. Los próximos cinco años son fundamentales para provocar las reformas necesarias que reorienten el foco hacia el bienestar de la vida humana y el medio ambiente.
España y la Unión Europea tienen un papel crucial en el liderazgo hacia un modelo basado en la cooperación y la justicia global. La historia demuestra que los cambios son posibles cuando la voluntad política se une al empoderamiento social. Sin embargo, es vital asegurar espacios de participación para la sociedad civil, que actualmente se ven amenazados en muchas partes del mundo.
El desafío actual es doble: prevenir retrocesos y abrir nuevos horizontes, aprovechando las capacidades y recursos disponibles para el cambio. Los años hasta 2030 no están determinados; vivir en un mundo más justo, democrático y sostenible es un objetivo viable, siempre que se actúe sobre las realidades que nos afectan.
