Fallece Vera Vigevani de Jarach, referente de Madres de Plaza de Mayo
Vera Vigevani de Jarach, una destacada figura de la asociación Madres de Plaza de Mayo, ha fallecido a los 97 años en Buenos Aires. Nacida en 1928 en Italia, Vera llegó a Argentina a la edad de 11 años junto a su familia, quienes buscaban escapar del fascismo europeo en pleno inicio de la Segunda Guerra Mundial.
Una vida marcada por la tragedia
La historia familiar de Vera estuvo marcada por el dolor. Su abuelo materno fue detenido por el régimen de Benito Mussolini y perdió la vida en Auschwitz. Además, en Argentina, sufrió la desaparición de su única hija, Franca Jarach, a manos de la última dictadura militar, sin poder despedirse de ella.
El legado de una madre
El triste anuncio de su muerte fue realizado por Taty Almeida, presidenta de Madres de Plaza de Mayo – Línea Fundadora. En un sentido homenaje, Almeida destacó que el recuerdo de Vera y su hija permanecerá vivo en la lucha de las generaciones actuales: “La sonrisa de Franca seguirá siendo la bandera de innumerables jóvenes”, expresó.
De la inmigración a la lucha por los derechos humanos
Vera Jarach emigró desde Italia “a tiempo”, justo antes de que la persecución religiosa se intensificara. En una entrevista, recordó que fue testigo de una de sus primeras injusticias cuando una maestra le indicó a su madre que no podía asistir más a la escuela por ser judía. Tras completar sus estudios, trabajó como periodista en la agencia ANSA y se casó con el ingeniero Jorge Jarach, con quien tuvo a su hija Franca.
Franca fue secuestrada el 25 de junio de 1976, cuando solo tenía 18 años y estaba en el último año del Colegio Nacional Buenos Aires. Su búsqueda fue en vano, y Vera se unió a las Madres de Plaza de Mayo para exigir justicia y verdad sobre su desaparición.
El dolor y la lucha constantes
A través de testimonios de sobrevivientes, Vera descubrió que Franca había estado detenida en la Escuela Superior de Mecánica de la Armada (ESMA), el mayor centro clandestino de detención de la dictadura. Se presume que su cuerpo fue arrojado al río de la Plata en uno de los vuelos de la muerte.
“No hay tumba ni para mi abuelo ni para Franca: fue la ESMA y luego los vuelos de la muerte”, declaró en una de sus últimas entrevistas, enfatizando la continuidad del dolor a lo largo de la historia. A pocos años de su fallecimiento, Vera hizo un llamado a la sociedad argentina a nunca más aceptar el odio ni la indiferencia.
Reconocimientos a su figura
Dirigentes de derechos humanos y políticos han rendido tributo a Vera Jarach en las redes sociales por su incansable labor en defensa de la memoria y justicia. La expresidenta Cristina Fernández de Kirchner la recordó como un “ejemplo de resiliencia y memoria”, mientras que el senador Eduardo Wado De Pedro la destacó por su valentía al convertir el dolor en lucha.
Mañana, Vera Jarach será despedida en el cementerio de Chacarita, dejando un legado imborrable en la historia de Argentina y la lucha por los derechos humanos.