Asesinan a Gabriela Mejía, exalcaldesa de Cuauhtémoc, en Colima

EL PAÍS

El asesinato de la exalcaldesa del municipio de Cuauhtémoc, , Gabriela Mejía, ha conmocionado a la región. Mejía, quien formó parte del Partido Revolucionario Institucional (), fue atacada a balazos este martes en la colonia El Cariño, un área céntrica del municipio. Según la General del Estado, otra persona resultó herida durante el ataque, aunque los detalles adicionales sobre el incidente no han sido proporcionados.

Gabriela Mejía, madre de dos hijos y exalcaldesa desde 2021 hasta 2024, inició su carrera en 2016 cuando asumió el liderazgo del comité del PRI hasta 2019. En junio de este año, fue nombrada presidenta del Organismo Nacional de Priistas en la entidad.

La gobernadora de Colima, Indira Vizcaíno, del partido , expresó su repudio ante el hecho de violencia en un mensaje publicado en . Exigió una investigación exhaustiva por parte de la Fiscalía estatal y solicitó a la policía colaboración total. “Las y los colimenses rechazamos la violencia; debemos mantenernos unidos ante quienes buscan arrebatarnos la tranquilidad”, afirmo Vizcaíno. El Ministerio Público anunció la apertura de una carpeta de investigación respecto al caso.

Más tarde, el PRI también se pronunció sobre el asesinato de Mejía, describiéndola como una mujer comprometida con las causas de las mujeres y su comunidad. La organización política lamentó su pérdida y pidió que el crimen no quede impune.

Colima es un estado que ha sufrido un aumento notable en la violencia, siendo uno de los territorios más afectados del país. Según los datos oficiales, entre enero y agosto de este año se registraron 404 dolosos en Colima, representando el 2.4% del total nacional, que supera los 16,000. La capital, también denominada Colima, fue identificada como la segunda ciudad más peligrosa del mundo en 2024, según el índice anual del Consejo Ciudadano para la Seguridad Pública y la Penal, superada únicamente por Puerto Príncipe, en Haití.

La reciente de Colima está marcada por la violencia. En 2022, el estado se convirtió en un campo de batalla entre grupos criminales, provocando el cierre de escuelas y negocios y dejando a su paso escenas de desolación, incluyendo al menos diez cuerpos embolsados en cuatro noches de conflicto. Esta espiral de violencia contrasta con la potencialidad costera que la región mostraba hace apenas una década.

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