José Antonio Kast: un triunfo que reabre heridas
La elección del 14 de diciembre que llevó a José Antonio Kast a la presidencia de Chile ha generado reacciones de profundo desasosiego, especialmente entre quienes vivieron los horrores de la dictadura de Augusto Pinochet (1973-1990). Con un 58% de los votos, Kast se convierte en el segundo presidente de Chile, desde el retorno a la democracia en 1990, que pertenece a la derecha. Sin embargo, a diferencia de Sebastián Piñera, quien fue un opositor a Pinochet, Kast ha expresado abiertamente su respaldo al régimen militar.
Kast asumirá su cargo en La Moneda el 11 de marzo de 2026, sucediendo a Gabriel Boric. Durante su campaña, el candidato evitó abordar la dictadura y, en un debate, eludió responder sobre la posibilidad de indultar a violadores de derechos humanos. En cambio, habló de un proyecto en el Congreso relacionado con un «tema humanitario», añadiendo: “Creo en la justicia y el respeto hacia quienes padecen enfermedades terminales”.
Recuerdos de dolor: testimonios de víctimas
Corina Maureira, quien perdió a su padre y a sus cuatro hermanos en 1973, expresó su angustia tras el triunfo de Kast. Sus familiares fueron asesinados y enterrados en los Hornos de Lonquén, el primer hallazgo de detenidos desaparecidos en Chile. Corina, quien tenía 20 años en ese entonces, siente que la memoria de sus seres queridos está en peligro y teme que la nueva administración descuide la búsqueda de desaparecidos, un esfuerzo que ha sido crucial tanto para ella como para muchas otras familias.
Por su parte, la periodista y exdiplomática Odette Magnet confesó que al conocer los resultados de la elección sintió una profunda tristeza y soledad, recordando a su hermana, secuestrada en 1976 en Argentina. Magnet considera que Kast ha eludido el tema de derechos humanos y carece de compromiso hacia la memoria de quienes han luchado por la justicia, dejando un vacío en la defensa de esos derechos.
Fracasos de la memoria colectiva
Estela Ortiz, hija de un detenido desaparecido, describe la elección de Kast como un «fracaso de la memoria colectiva». La indignación y el dolor surgen al ver que una figura como Kast representa un giro en la percepción general sobre los derechos humanos en el país. Al igual que Ortiz, Luis Emilio Recabarren también siente que el resultado electoral refleja una falta de memoria en la sociedad chilena, que ha permitido que emergan posturas que contradicen el reconocimiento de los crímenes del pasado.
Recabarren, quien perdió a su madre y a su padre a manos del régimen, ha dedicado su vida a la búsqueda de justicia y memoria, a pesar de que la elección de Kast haya representado un golpe para quienes anhelan un futuro con base en el respeto a los derechos humanos. El mensaje que surge entre los testimonios es claro: la lucha por la memoria y la justicia debe continuar en un contexto donde la polarización y el olvido amenazan con relegar a un segundo plano las tragedias vividas por miles de familias chilenas.
