El Gobierno de Benjamín Netanyahu ha intensificado la colonización judía en Cisjordania, otorgando estatus legal retroactivo a 19 asentamientos considerados ilegales bajo la legislación israelí. Bezalel Smotrich, ministro de Finanzas y defensor del ultranacionalismo, subrayó que esta medida “impide sobre el terreno el establecimiento de un Estado terrorista palestino” en el momento de su anuncio.
Desde la Guerra de los Seis Días en 1967, Israel ha estado levantando y ampliando asentamientos judíos en Jerusalén Este, Cisjordania y los Altos del Golán. Los asentamientos se concentran en áreas de relevancia histórica para el pueblo judío y están diseñados para fragmentar en varios sectores el territorio palestino. En total, alrededor de 750,000 colonos residen en estas zonas, aunque los asentamientos en Gaza fueron desmantelados en 2005.
De acuerdo con el derecho internacional, todos los asentamientos en estos territorios son ilegales, un hecho que fue reafirmado por el Tribunal Internacional de Justicia de La Haya el año pasado. No obstante, Israel hace una distinción entre los asentamientos que considera legales y aquellos que han surgido sin su consentimiento desde los años 90. Muchos colonos son impulsados por un nacionalismo radical, con raíces religiosas, y se han documentado aumentos en las agresiones hacia los palestinos y sus propiedades.
La coalición de Netanyahu, compuesta por los partidos más a la derecha de la historia del país, ha graduado su apoyo a la colonización, incumpliendo sistemáticamente su obligación de desmantelar asentamientos ilegales y proporcionándoles servicios esenciales como agua y electricidad. Este último avance hacia la legalización de colonias ha configurado un récord, con 69 asentamientos reconocidos en tres años.
La legalización de estos asentamientos también tiene un profundo significado simbólico, ya que representa una reversión al plan de desconexión de 2005, que desmanteló colonias en Gaza y varios en el norte de Cisjordania. De hecho, el Gobierno ha dado estatus legal a dos asentamientos que fueron parte de este plan: Ganím y Kadím.
Esta decisión ha sido descrita por Smotrich como la corrección de una “dolorosa injusticia”, y se ha promovido junto a Israel Katz, el ministro de Defensa que también pertenece al Likud. El año pasado, el Ejecutivo ya había permitido que ciudadanos israelíes se asentaran en estas áreas en respuesta al reconocimiento del Estado de Palestina por parte de países como España, Noruega e Irlanda.
