La elección del domingo pasado se saldó con una victoria contundente para José Antonio Kast, un resultado que marca una clara derrota para la centroizquierda en Chile. Sin embargo, es importante señalar que esta derrota no solo afecta a la centroizquierda, sino que también pone en evidencia un fracaso electoral de la derecha convencional. La candidata de este sector obtuvo un decepcionante cinco lugar en la primera vuelta con un 13% de los votos, mientras que los candidatos de ultraderecha, Kast y Kaiser, lograron sumar un 38%. A nivel del Congreso, las fuerzas de la derecha convencional exhibieron un rendimiento mediocre, sobre todo en la Cámara Baja, donde la ultraderecha posee la bancada más grande.
Celebración y autocrítica en la derecha convencional
A pesar de la discrepancia en los resultados, la mayoría de la derecha convencional ha interpretado el triunfo de Kast como un logro propio, apuntando a una futura colaboración en su Gobierno. Esto plantea la cuestión de la autocrítica dentro de este sector político, ya que se ha observado una falta de reflexiones sobre su propio desempeño. La evidencia sugiere que la agenda de la ultraderecha podría ganar en legitimidad, como se ha documentado en análisis comparativos que señalan que las derechas convencionales actúan como “cómplices pasivos” en la normalización de las propuestas de las ultraderechas.
Reflexiones necesarias en el mundo progresista
El mundo progresista tampoco está exento de responsabilidades. Es esencial que el bloque de centroizquierda evalúe sus aciertos y errores a partir de la gestión del Gobierno de Boric y su campaña electoral. Esta autocrítica debería basarse en datos empíricos en lugar de simples percepciones. Para ello, es fundamental realizar estudios cualitativos y cuantitativos que respalden los diagnósticos. Con el fin de contribuir a este debate, se llevó a cabo una encuesta previa a la segunda vuelta presidencial que buscó esclarecer el perfil de los votantes.
Posibilidades de liderazgo alternativo en la centroizquierda
Una de las preguntas clave es qué hubiera ocurrido si la centroizquierda hubiese nominado a otra figura política en lugar de Jeannette Jara. En la encuesta se exploraron escenarios con candidatos como Carolina Tohá y Tomás Vodanovic. Tohá, reconocida por su experiencia y moderación, y Vodanovic, quien representa una nueva promesa dentro del Frente Amplio, parecen no haber ofrecido mejores resultados potenciales. Ambos habrían logrado teóricamente un 38% de los votos, en comparación al 42% movilizado por Jara.
Análisis de la votación y comportamiento electoral
El análisis revela que tanto Tohá como Vodanovic son más competitivos en segmentos de clase alta (ABC1) y entre aquellos que solían participar en elecciones antes del voto obligatorio. Esto sugiere que no existen otras alternativas dentro del liderazgo de centroizquierda que puedan alcanzar a electores clave, como aquellos que apoyaron a Parisi o a los que históricamente no votaban. El escenario se complica por un cambio en la agenda política, que ha pasado de centrarse en la desigualdad hacia una mayor preocupación por el orden y la seguridad.
Aunque es común pensar que la etiqueta de “comunista” pudo haber perjudicado a Jara, los datos indican que Tohá y Vodanovic habrían enfrentado desafíos similares. Es importante resaltar que la continuidad de ciertos discursos en el Partido Comunista, relacionados con regímenes autoritarios, puede debilitar la credibilidad del progresismo. La falta de una crítica contundente a las dictaduras en Cuba, Nicaragua y Venezuela puede deslegitimar su posición frente a la ultraderecha.
Diferenciación entre votantes de Kast y Jara
Los datos indican que, aunque Kast superó a Jara por aproximadamente un 16% (equivalente a dos millones de votos), su base de apoyo no es predominantemente joven; en cambio, está compuesta principalmente por personas mayores de 40 años y presenta una marcada brecha de género. Además, sorprendentemente, el 66% de quienes votaron por Kast apoyan el aborto en tres causales, lo que plantea interrogantes sobre las prioridades políticas de los votantes y sobre temas que estaban lejos de ser el centro de la campaña.
La narrativa del progreso frente a las demandas populares
La estrategia de Kast podría ser vista como una respuesta a las debilidades del progresismo. Mientras Kast articuló un relato enfocado en temas que preocupan a la ciudadanía, como la migración y la seguridad, el bloque de centroizquierda no logró conectar con las inquietudes predominantes en la sociedad. Las fallas de gestión del Gobierno de Boric y ciertos desaciertos, como el indulto a los condenados por delitos durante el estallido social, han impactado negativamente en la percepción de continuidad del liderazgo progresista.
La falta de una revisión profunda sobre la administración actual y una reflexión adecuada para conectar con las preocupaciones de las mayorías sugiere que tanto el progresismo como la centroderecha enfrentan un futuro incierto. Esta situación no solo es preocupante para los sectores de centroizquierda, sino también para la salud de la democracia en general. La predominancia de la ultraderecha en el panorama político plantea serios desafíos para el futuro democrático de Chile.
