La Evolución del Populismo en América Latina: De la Izquierda a la Derecha

Durante años, se ha observado un fenómeno global que conecta al populismo con el surgimiento de gobiernos de derecha en Europa y de izquierda en América Latina. En ambos contextos, la reacción proviene de amplios sectores sociales que se sienten cada vez más resentidos por los excesos de la globalización. En países desarrollados, la desilusión ha sido aprovechada por líderes como Boris Johnson en el Reino Unido y Donald Trump en Estados Unidos, quienes capitalizaron el temor y el descontento para instalar gobiernos de corte conservador nacionalista.

El Desenlace del Populismo de Izquierda en América Latina

Por su parte, América Latina se ha visto marcada por la desigualdad y la injusticia social, lo que llevó a una fuerte rebelión electoral contra candidatos y partidos asociados a las élites económicas. A lo largo de casi 15 años, naciones como México, Argentina, Ecuador, y Perú, entre otras, eligieron gobiernos de izquierda. Sin embargo, en los últimos dos años, este fenómeno ha comenzado a desvanecerse. Las elecciones recientes en Chile, junto con otros países, revelan que los votantes están optando por alternativas conservadoras, marcando un retroceso significativo para la izquierda en la región.

¿Por Qué el Descontento hacia los Gobiernos de Izquierda?

La situación actual plantea dos preguntas críticas: ¿qué ha motivado este cambio en el electorado? ¿Es México una excepción al fenómeno observado en el resto de América Latina?

En los últimos años, líderes como Andrés Manuel López Obrador, Lula da Silva, y Gustavo Petro, lograron transformar la insatisfacción social en apoyo popular, pero tras llegar al poder, enfrentaron una serie de desafíos. A pesar de implementar políticas enfocadas en la redistribución del ingreso, muchos gobiernos se encontraron atrapados en un ciclo de «rendimientos decrecientes». Las medidas iniciales generaron mejoras significativas para los sectores más vulnerables, pero a medida que se enfrentaron a límites presupuestales, comenzaron a estancarse. Esto resultó en una percepción de deterioro de la calidad de vida, a pesar de los esfuerzos iniciales.

Un Contexto de Inseguridad y Descontento Económico

El estancamiento en la mejora de las condiciones de vida, exacerbado por la inflación y la falta de empleo digno, llevó a muchos votantes a optar por candidatos conservadores, asociados a políticas que benefician a las élites. La frustración colectiva se ha convertido en un caldo de cultivo para el surgimiento de políticos que aprovechan la incertidumbre y las expectativas no cumplidas.

La situación ha sido analizada desde diversas perspectivas. Por ejemplo, el autor David Brooks en The New York Times identifica un fenómeno de «populismo inverso» donde la derecha ha logrado captar la rabia y la energía transformadora que anteriormente pertenecía a la izquierda. Este nuevo discurso, sustentado en el rechazo a las élites tradicionales y en la crítica a la globalización, ha encontrado resonancia en varios sectores de la población.

¿Qué Futuro le Espera a México?

Algunas voces, como Claudia Sheinbaum, sugieren que la situación en México es distinta. Con una popularidad alta y una reducción en los niveles de pobreza, Sheinbaum argumenta que su administración no enfrenta las mismas amenazas que los gobiernos de izquierda en otros países. Además, la fuerza política que posee su gobierno, en comparación con la de líderes anteriores en la región, es significativa.

Aunque actualmente no parece haber un peligro inminente para el gobierno mexicano, el futuro presenta incertidumbres. Dos fuentes principales de descontento —la inseguridad y la situación económica— podrían ser aprovechadas por conservadores. Mientras que se vislumbra un potencial descenso en la criminalidad hacia el final del mandato, mejorar las condiciones económicas y impulsar el empleo será un desafío mayor. Este aspecto será crucial para determinar el éxito o fracaso de la administración actual.