Estados Unidos y Europa están preparando garantías de seguridad para Ucrania, con el objetivo de proteger al país de futuros ataques rusos. Esta información fue divulgada el lunes por fuentes estadounidenses y europeas en Berlín. El presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski, ha solicitado que sus aliados le brinden la misma protección que recibiría si fuera miembro de la OTAN, a cambio de renunciar a la solicitud de ingreso en dicha organización. Tras dos días de negociaciones en la capital alemana, las partes implicadas consideran que un acuerdo está más cerca que nunca. “Por primera vez desde que comenzó la guerra, un alto el fuego ahora parece posible”, declaró el canciller alemán Friedrich Merz.
El presidente de EE. UU., Donald Trump, respaldó desde Washington el optimismo de Merz, afirmando que “estamos más cerca ahora [del alto el fuego]”. Aunque no se han concretado las garantías de seguridad, Trump aseguró: “Estamos trabajando en ello con Europa”. Un comunicado conjunto de Merz y líderes de varios países europeos, entre ellos Francia, Polonia, Italia y el Reino Unido, incluye posibles garantías como la creación de una fuerza multinacional europea, respaldada por EE. UU., dedicada a proteger el espacio aéreo y marítimo de Ucrania. Este acuerdo, que se establecería fuera del marco de la OTAN, se formalizaría en un “compromiso legalmente vinculante” que obligaría a tomar medidas para restaurar la paz en caso de un nuevo ataque armado.
Sin embargo, las fuentes estadounidenses, incluyendo a Trump, fueron menos específicas que sus contrapartes europeas. Se ha confirmado que EE. UU. no enviaría tropas a Ucrania para garantizar su seguridad, lo que genera incertidumbre sobre la naturaleza exacta de estas garantías. Adicionalmente, cualquier acuerdo deberá contar con la aceptación del presidente ruso, Vladímir Putin, un escenario que actualmente se vislumbra complicado.
A pesar de los avances en Berlín sobre las garantías de seguridad, las negociaciones enfrentan un obstáculo significativo: la cuestión de los territorios que Ucrania podría ceder a Rusia para llegar a un acuerdo. Kyiv solo considera concesiones territoriales si recibe la garantía de protección de EE. UU. y Europa en caso de un nuevo ataque tras un alto el fuego. La propuesta de EE. UU. de establecer una zona desmilitarizada en la región del Donbás, mayormente bajo control ruso, está en el centro de las discusiones. Esta medida requeriría que Ucrania se retirara de los territorios que aún controla. Durante una rueda de prensa con Merz, Zelenski reconoció que “las posiciones difieren”.
El optimismo del canciller alemán y el más moderado del presidente ucranio radica en que, por primera vez, creen haber involucrado a EE. UU. en un plan que busca ofrecer a Ucrania condiciones para prevenir futuras invasiones rusas, como las de 2014 y 2022. Zelenski señaló: “EE. UU. nos ha dicho que está dispuesto a darnos las garantías de seguridad que se corresponden con el artículo 5” del tratado de la OTAN, que establece que un ataque a un miembro equivale a un ataque a todos. Merz agregó: “Es un acuerdo sustancial y ambicioso que hasta ahora no teníamos. Tanto los europeos como los americanos están dispuestos a dar a Ucrania garantías parecidas a las del artículo 5”.
El objetivo de las reuniones en Berlín fue que Ucrania y Europa estuvieran presentes en la mesa de negociaciones donde se decide su futuro, evitando así que EE. UU. y Rusia acuerden la paz sin su participación. Los esfuerzos se centraron en asegurar que las condiciones impuestas no fueran desventajosas para el país invadido. Estas reuniones siguieron a tres semanas de negociaciones sobre un plan propuesto por Estados Unidos, que había generado inquietud en Ucrania debido a las drásticas condiciones que imponía, incluyendo cesiones territoriales y límites a sus fuerzas armadas.
Las reuniones comenzaron con un encuentro entre Zelenski y los emisarios estadounidenses, Steve Witkoff y Jared Kushner, y concluyeron con una cumbre ampliada en la que participaron líderes europeos y aliados, como el presidente francés Emmanuel Macron y la primera ministra italiana Giorgia Meloni, entre otros. España no formó parte de este encuentro.
