Recompensa por Jhon Wilmer Ulcue Trochez en Guaviare
El Ejército Nacional ha hecho un llamado urgente a los habitantes del departamento del Guaviare, anunciando una recompensa de 500 millones de pesos por información que lleve a la captura de Jhon Wilmer Ulcue Trochez, conocido como Jimmy Parra, cabecilla principal del Frente 44. La comunicación se hizo a través de una cuña de la emisora del Ejército, que culmina con un número de celular para recibir denuncias. Este anuncio se produce tras un bombardeo militar que resultó en la muerte de siete menores de edad, mientras que el jefe guerrillero sigue prófugo. Durante esta alerta, en una finca cercana a San José del Guaviare, se discuten otros asuntos relacionados con el ganado.
Crecimiento del Censo Ganadero en Guaviare
Guaviare, que exhibe un impresionante crecimiento del 95% en su censo ganadero desde 2016, alberga más de 500,000 vacas. Diana Restrepo, profesional de desarrollo ganadero en la región, señala que los 30 vacunadores disponibles no son suficientes para atender la demanda. Las fincas cercanas cuentan con básculas donde se pesan estos animales, negociándose entre cuñas publicitarias y cervezas. El precio por kilogramo oscila entre 8,500 y 9,000 pesos, lo que implica que las vacas se venden desde 1.7 millones de pesos.
Estos ejemplares, que son el motor económico de la región, llegan en camiones que, en el trayecto, provocan pérdida de peso por sudor y excremento. La planta de sacrificio en San José del Guaviare, que es la única registrada por el Instituto Nacional de Vigilancia de Medicamentos y Alimentos (Invima), abastece carne a mercados importantes, incluso durante la pandemia de COVID-19 cuando los sacrificios ilegales disminuyeron.
Desafíos fiscales y el impacto de la extorsión
Don Carlos, propietario de una de estas fincas, se queja por el alto impuesto predial impuesto tras una actualización catastral. Este resurgir del cobro ha generado malestar entre los pobladores, quienes están acostumbrados a la extorsión de grupos armados como las disidencias de las FARC. La discusión sobre estos impuestos ha llegado hasta la Alcaldía de San José, donde se busca un equilibrio entre las necesidades fiscales y las realidades económicas de la región.
En Guaviare, el movimiento ganadero está repleto de complicaciones, ya que pequeños y grandes ganaderos enfrentan la presión de disidencias que imponen impuestos y regulaciones sobre su actividad. Estas organizaciones, como el Estado Mayor Central bajo el mando de Iván Mordisco, cobran 10,000 pesos anuales por animal, además de otros cobros relacionados con la tierra.
Deforestación y Gobernanza Armada
La ganadería extensiva se ha convertido en un modelo de desarrollo que ha llevado a la deforestación de la selva amazónica. Este modelo alimenta prácticas como el lavado de dinero por parte de los grupos armados, que invierten en ganado y proyectos agroindustriales. Estos grupos tienen acceso a información más detallada que el mismo gobierno, lo que les permite ejercer control sobre la tierra y los ganaderos.
La realidad desde el aire
Un reciente sobrevuelo en la región nos permite apreciar la magnitud de la deforestación y su relación con la ganadería. Desde las Sabanas de la Fuga, donde cultivos de palma y eucalipto invaden zonas previamente intactas, hasta el Resguardo Nukak, donde la disidencia controla grandes fincas que han comercializado 200,000 vacas en los últimos cinco años.
A pesar de que el Estado incentivó la ganadería tras el Acuerdo de Paz de 2016, la disidencia ha sabido capitalizar este auge. El crédito destinado a este sector ha aumentado considerablemente, evidenciando un crecimiento que se traduce directamente en deforestación. Un estudio académico subraya que, entre 2014 y 2019, la tierra deforestada para crear pastizales ganó más del 300% en la región amazónica de Colombia.
El vuelo también revela grandes cultivos de hoja de coca en zonas ambientalmente protegidas, desafiando las estadísticas que sugieren una menor concentración de cultivos. La realidad en el terreno muestra una economía cocalera que opera sin frenos, alimentando la violencia y la inestabilidad en la región.
La lucha constante contra la tala y la extorsión
Las decisiones estatales continúan alimentando la deforestación. En la vía ilegal entre Calamar y Miraflores, se mantiene una ruta que sigue ampliándose, a pesar de las advertencias de diversas organizaciones. Durante el sobrevuelo, se observan amplias extensiones de tierra convertidas en carretera, facilitando el acceso a la selva y a áreas que antes eran inaccesibles.
La situación en el Parque Nacional Natural Chiribiquete es preocupante, pues debería ser un bastión de conservación, pero los grupos armados han comenzado a colonizar estas áreas. Los proyectos agropecuarios administrados por la disidencia muestran cómo la criminalidad se infiltra profundamente en la economía regional.
A medida que se acerca la fecha de las elecciones, el futuro de Guaviare queda en manos de quienes buscan acuerdos ambientales y soluciones efectivas para revertir la deforestación, que ha alcanzado niveles alarmantes en los últimos años.
