La tarde del 4 de abril marcó un trágico episodio en la vida de varias familias en Bogotá, Colombia. Tres estudiantes del colegio Los Nogales se reunieron para preparar galletas en la casa de una de ellas, pero esa actividad se tornó fatal. Dos de las menores, de 13 y 14 años, fallecieron horas después de consumir frambuesas contaminadas con talio, un metal altamente tóxico. Las frutas, cubiertas de chocolate, habían llegado como un regalo anónimo para el hermano de una de las víctimas, quien ingirió solo una cantidad mínima. La tercera menor, que también consumió las frambuesas, se encuentra actualmente en recuperación fuera del país debido a los efectos adversos de la sustancia.
Desarrollo de la investigación
La investigación cobró un nuevo impulso cuando la Fiscalía General de la Nación emitió una orden de captura y tramitó una notificación roja de Interpol contra Zulma Guzmán Castro. Esta mujer había mantenido una relación extramatrimonial con Juan de Bedout, el padre de una de las víctimas, y estaba presente en el apartamento donde ocurrieron los hechos. Según fuentes de la Fiscalía, Guzmán Castro es sospechosa de haber planificado el crimen, incluso desde la obtención y entrega del talio.
La hipótesis del envenenamiento
Las autoridades están explorando la posibilidad de que existiera un intento prolongado de envenenamiento. Tras pruebas toxicológicas realizadas a De Bedout y a uno de sus hijos, que no consumieron las frambuesas, se detectó la presencia de talio en sus organismos. Además, se reveló que la esposa de De Bedout, quien falleció de cáncer en 2020, podría haber también tenido rastros de este metal en su sistema años atrás.
Reacción de Zulma Guzmán Castro
Guzmán Castro, por su parte, ha negado su participación en el crimen a través de un mensaje de WhatsApp, asegurando que no huyó de Colombia tras la tragedia. «Los que me conocen saben que no huí a ninguna parte; estaba en Argentina durante más de dos años y llegué a España hace poco», afirmó, mientras se desconocía si había tenido contacto con las autoridades.
Claves en la investigación
Inicialmente, las muertes de las niñas se atribuían a una intoxicación alimentaria. Sin embargo, la Secretaría de Salud de Bogotá desmintió esta teoría al confirmar que no existían riesgos para la salud pública, explicando que la intoxicación derivaba de un agente no vigilado. Días después, Juan de Bedout reveló a la Fiscalía detalles sobre su vida personal y su relación con Zulma Guzmán, incluyendo un incidente de seguridad en el que se instalaron dispositivos de rastreo en su vehículo.
La Fiscalía también identificó al domiciliario que entregó las frambuesas, quien informó que el pedido fue originado desde la oficina de un tarotista en la exclusiva zona de la calle 93. Este contacto estaba vinculado a un número argentino que se relaciona con Guzmán Castro.
El veneno y su peligrosidad
Una de las interrogantes más inquietantes es cómo accedió la presunta responsable al talio, una sustancia prohibida en muchos países debido a su toxicidad. A pesar de su uso cada vez más restringido, el talio se emplea en industrias tecnológicas avanzadas. No es perceptible al olfato ni al paladar, y puede causar serios daños a los órganos humanos. El exdirector de Medicina Legal, Carlos Valdés, ha cuestionado la facilidad de acceso a esta sustancia peligrosa y la necesidad de aumentar el control gubernamental sobre su manejo.
La lucha por justicia
Mientras tanto, el padre de una de las menores ha expresado su dolor en redes sociales, compartiendo un emotivo mensaje por el cumpleaños de su hija. La familia de De Bedout espera que se imponga una condena de más de 50 años a la persona responsable de este ataque, así como la acusación de doble homicidio y tentativa de homicidio. El penalista Fabio Humar explica que el proceso legal podría prolongarse por varios años, con las salvaguardias procesales para la persona capturada.
