Aumento del Gas Natural Vehicular en Colombia: Una Crisis en Marcha
El reciente incremento del precio del gas natural vehicular (GNV) en Colombia ha impactado directamente a los usuarios y hacia la economía del país. William Campo, taxista en Cali, ha experimentado un aumento superior al 50% en el costo del GNV en su estación habitual, lo cual se debe en parte al vencimiento, el 30 de noviembre, de tres cuartas partes de los contratos de suministro de este combustible. Este cambio ha reducido la oferta en el mercado. Además, en 2024, Colombia perdió la autosuficiencia en la producción de gas y ha comenzado a importar el recurso desde 2025, lo que complica aún más la situación.
Las importaciones de gas, mayormente provenientes de Estados Unidos y Trinidad y Tobago, llegan a través de Cartagena y deben recorrer largas distancias por la red nacional, lo que incrementa aún más los precios para el consumidor, especialmente en el interior del país. Juan Benavides, investigador del sector energético en Fedesarrollo, sugiere que la solución más rápida y económica sería facilitar la importación de gas por La Guajira, que podría ser al menos un 40% más barata. Actualmente, la única regasificadora operativa, SPEC, está ubicada en Cartagena y pertenece a Promigas.
Proyectos para Mejorar la Suministración de Gas
Ecopetrol ha planteado construir nuevas plantas de regasificación en La Guajira, Coveñas (Caribe) y en el puerto de Buenaventura (Pacífico). Según el Ministro de Minas, Edwin Palma, el proyecto en La Guajira está en proceso de contratación y se espera que esté operativo en 2026. Sin embargo, la urgencia se ha vuelto crítica desde hace más de una década, cuando ya se sabía que las reservas de gas eran limitadas.
El anterior Ministro de Minas, Andrés Camacho, negó la existencia de un déficit en el suministro de gas en febrero. Sin embargo, las cifras son alarmantes. Según una encuesta de la ANDI, las empresas solo tienen garantizado el 51,9% del gas que necesitarán en 2026. Esto ha llevado a muchas industrias a migrar hacia combustibles más contaminantes como el gas propano, diésel o carbón. Daniel Romero, director de la cámara de grandes consumidores de energía y gas, destacó que las industrias están enfrentando alzas superiores al 28% en sus costos.
Desafíos Escalofriantes para el Suministro de Gas
La crisis en el suministro de gas se profundiza. Las reservas probadas de gas en Colombia han caído a 5,9 años en 2024, un nivel que no se había visto en dos décadas. Frank Pearl, presidente de la Asociación Colombiana de Petróleo y Gas, confirma que el país contaba con 11 años de reservas en 2012, y destaca la necesidad urgente de aumentar la actividad de exploración, que ha disminuido notablemente en los últimos años.
El país ha visto reducciones en la perforación de pozos, que han pasado de más de 110 en 2014 a solo 34 en 2024. La reforma tributaria de 2022 ha incrementado la carga fiscal sobre las empresas del sector, lo que ha contribuido al éxodo de multinacionales y a la reciente insolvencia de Canacol Energy, uno de los principales productores de gas en Colombia.
Implicaciones para la Matriz Energética Nacional
La situación del gas tiene repercusiones en la matriz energética del país. Alejandro Castañeda, presidente de la Asociación Nacional de Empresas Generadoras, señaló que la seguridad energética depende en gran medida del gas, que aporta significativamente durante temporadas críticas, como las sequías. Sin embargo, se estima que Colombia corre el riesgo de un racionamiento de gas hacia finales de 2026, dependiendo de las condiciones climáticas.
La situación fiscal también es preocupante. Fedesarrollo estima que, sin nuevas reservas, el PIB podría perder 0,1 puntos anuales entre 2025 y 2031, equivalente a cerca de 11,2 billones de pesos. Si las restricciones de suministro se agravan, la pérdida podría ser casi el doble.
A pesar de las dificultades, existe una esperanza en el proyecto offshore Sirius‑2, considerado “el mayor descubrimiento de gas natural en la historia del país”, según Frank Pearl. Este hallazgo, realizado por Ecopetrol y Petrobras, está situado a 77 kilómetros de la costa de Santa Marta y podría cubrir el 45% de la demanda nacional durante una década. Sin embargo, su desarrollo requiere una inversión de 4.000 millones de dólares y no se espera que esté en funcionamiento antes de 2030.
Mientras el país busca soluciones para estabilizar el mercado del gas, los usuarios, como William Campo, luchan por adaptarse a un panorama económico cada vez más complicado.
