Lole Montoya, emblemática cantaora de flamenco, recuerda el impacto de Nuevo día, su álbum debut junto a Manuel, en la España de 1975. Con una sencilla pero expresiva performance, encierra el mensaje de un país sombrío que, tras la muerte de Franco, comenzaba a avizorar la esperanza. “El Sol, joven y fuerte, ha vencido a la luna”, canta Lole, evocando el espíritu renovador de una obra que iluminó una época de penurias. Publicado poco antes de la caída del dictador, Nuevo día marcó un antes y un después en la historia del flamenco, abriendo las puertas a un estilo moderno y evolutivo. La artista celebrará el medio siglo de esta obra con una actuación el 14 de diciembre en el festival madrileño Miradas Flamenkas.
Lole Montoya y su Singular Trayectoria
Lole Montoya, con 71 años y originaria de Sevilla, no es aficionada a las entrevistas, prefiriendo el canto sobre la charla. Sin embargo, los organizadores del festival han notado su apertura para conversar ante la ocasión de celebrar un hito que trasciende la música. “El flamenco siempre se había cantado desde el dolor, como el blues”, explica Lole, haciendo hincapié en que Nuevo día es “un canto a la vida” con letras luminosas. Recita un fragmento de Todo es de color, que encapsula la esencia del álbum: “Que grite la flor y que se calle el cardo, y todo aquel que sea mi enemigo que sea mi hermano”.
Producción y Contexto de Nuevo día
La producción del álbum estuvo a cargo de Ricardo Pachón y Gonzalo García Pelayo, quien lo lanzó bajo su sello Gong. En 1975, Gong/Movieplay también publicó trabajos cruciales como El patio de Triana y 14 de abril de Goma, consolidando una era dorada del flamenco mestizo. García Pelayo, desde su residencia en Buenos Aires, recuerda cómo el álbum fusionó el flamenco puro con el espíritu hippy de la época. “Era una mezcla entre la bulería lenta y el rock de grupos como Pink Floyd”, señala.
Lole y Manuel, jóvenes gitanos cuya historia personal se entrelaza con su música, comenzaron a enamorarse en Sevilla. Provenían de familias con un fuerte legado flamenco, lo que cimentó su relación. A los 21 años, Lole se sumergió en el mundo musical, mientras Manuel, exmiembro de Smash, aportó su conocimiento de la fusión entre rock y flamenco. Sevilla, en ese tiempo, se convirtió en un epicentro cultural, favorecida por la influencia cultural de la base estadounidense de Morón de la Frontera.
El Proceso de Grabación y la Influencia de Juan Manuel Flores
Respecto al proceso de grabación, Lole evoca los buenos momentos compartidos con músicos como Raimundo y Rafael Amador, quienes más tarde formarían Veneno y Pata Negra. Se muestra tímida al recordar su inicio en la música, explicando que no se consideraba famosa y solía mantenerse en silencio durante las entrevistas. Sin embargo, su voz poderosa y cristalina se destacó, dando vida a las letras creativas del poeta Juan Manuel Flores, quien prefirió no firmar las letras del álbum para mantenerse al margen del sistema.
Las letras del álbum, cargadas de metáforas, se interpretan como una bienvenida a un nuevo amanecer tras la dictadura. Flores escribió poesía accesible y hermosamente visual que refleja una realidad andaluza sin caer en tópicos. “La luna le dijo al mar: ‘déjame tu espejo verde porque me quiero peinar’”, canta Lole en referencia a Bulerías de la luna.
El Legado de Nuevo día en la Música Española
La importancia de Nuevo día radica en su conexión con la Transición española. Tino Di Geraldo, reconocido batería del flamenco, destaca cómo este álbum se convirtió en un símbolo para la juventud de la época, sirviendo de puente entre el flamenco y el público masivo. “Era un disco que todos los progres tenían, al lado de obras de Serrat y Paco Ibáñez”, explica Di Geraldo.
El álbum introdujo instrumentos poco comunes en el flamenco, como el melotrón y la guitarra eléctrica, destacando la innovadora técnica de Manuel Molina. Según Di Geraldo, “Manuel era un guitarrista excepcional, con una forma única de tocar que se reconocía al instante”.
Desafíos y Evolución
A lo largo de su carrera, Lole enfrentó un ambiente predominantemente masculino en el ámbito musical. Aunque acostumbrada desde pequeña al mundo de la música, reconoce que ver a otras mujeres la alegraba. También señala que fue consciente del consumo de drogas en su entorno, pero se mantuvo alejada de esto, buscando siempre un camino más espiritual.
Posteriormente, Lole y Manuel continuaron su carrera bajo el sello CBS, acumulando seguidores, aunque la llegada del pop en los años ochenta comenzó a desplazar su popularidad. Tras separarse a inicios de los noventa, la pareja se reunió en varias ocasiones, aunque sin alcanzar la misma notoriedad de sus inicios.
Reflexiones Modernas y Conexiones Espirituales
Lole ha dado un giro hacia el crecimiento espiritual en los últimos años. Explica cómo su búsqueda la llevó a una conexión más profunda, una revelación que le trajo mucha paz. Sin embargo, reconoce que a pesar de su influencia en la música actual, su popularidad no ha sido proporcional a su talento. Di Geraldo agrega que Lole podría haber sido una diva del flamenco.
Su versatilidad la ha llevado a recrear temas de artistas como Ella Fitzgerald y Frank Sinatra, pero siempre guarda un lugar para recordar la música que construyó junto a Manuel. Su legado perdura y sigue resonando en el escenario.
