La muerte de Miguel Ángel Russo, acaecida a los 69 años mientras se desempeñaba como técnico de Boca Juniors, ha resonado profundamente en el ámbito del fútbol argentino, marcando el fin de una era en el deporte. Este emblemático entrenador y exfutbolista, que dedicó su vida a un solo club como jugador, dirigió más de mil partidos en 16 equipos a lo largo de su carrera.
Russo, quien luchaba contra un cáncer desde hacía ocho años, sufría diversas complicaciones de salud y no había podido salir al campo de juego desde el 21 de septiembre. El club comunicó que estaba en un proceso de internación domiciliaria con pronóstico reservado, lo que anticipó su desenlace. Este miércoles, Boca Juniors confirmó su fallecimiento con un mensaje de profundo pesar, resaltando su legado imborrable y su rol como un ejemplo de alegría, calidez y esfuerzo en la institución.
Una Carrera Ilustre en el Fútbol
Miguel Ángel Russo se destacó como futbolista en el club Estudiantes de La Plata, donde debutó en 1975. Durante su trayectoria en el equipo, que se extendió hasta 1988, jugó un total de 435 partidos. Su estilo de juego se caracterizaba por ser un centrocampista meticuloso y combativo, destacando en defensa y orden táctico. Soriano y alumno de Carlos Salvador Bilardo, formó parte fundamental del equipo que se consagró campeón argentino en 1982 y 1983, alcanzando el seleccionado nacional en las eliminatorias mundialistas. Sin embargo, una lesión le impidió participar en la gloria del Mundial de 1986.
Trayectoria como Entrenador
Russo inició su carrera de entrenador en 1989 en el Club Atlético Lanús, en el suburbio que lleva el mismo nombre. A lo largo de su carrera, dirigió a nueve clubes en Argentina, incluyendo Estudiantes, Vélez Sarsfield, San Lorenzo y Boca Juniors, estableciendo vínculos significativos en múltiples etapas de su trayectoria. Su experiencia también lo llevó a dirigir en el extranjero, incluyendo equipos en Chile (Universidad de Chile), México (Monarcas Morelia), España (Salamanca), Colombia (Millonarios), Perú (Alianza Lima), Paraguay (Cerro Porteño) y Arabia Saudita (Al Nassr).
Reconocimiento en el Fútbol Internacional
La noticia de su fallecimiento provocó una ola de tributos en el ámbito del fútbol. Clubes como Estudiantes de La Plata lo despidieron como un «hijo pródigo y gloria futbolística», mientras que Rosario Central lo recordó como «un guerrero de la vida». Desde Colombia, el club Millonarios agradeció su contribución, describiéndolo como una «leyenda y campeón».
En su trayectoria como entrenador, Russo acumuló un destacado palmarés, incluyendo títulos nacionales e internacionales. La Copa Libertadores de 2007, obtenida con Boca Juniors, se destaca como uno de los momentos culminantes de su carrera. Su relación con Juan Román Riquelme, quien se convirtió en un elemento clave en su regreso a Boca, fue fundamental para la historia del club, aunque su rendimiento nunca alcanzó el mismo nivel de aquella época dorada.
Su última etapa en Boca Juniors comenzó hace apenas cuatro meses, a pocos días del Mundial de Clubes. A pesar de las dudas sobre su salud, Russo, con su vasta experiencia, supo manejar la situación, continuando su labor hasta el último momento en el mundo del fútbol que tanto amaba.