Aboga por la Moderación en la Política: Un Llamado Urgente

Aboga por la Moderación en la Política: Un Llamado Urgente

Las encuestas iniciales sobre la elección presidencial en Colombia de 2026 reflejan una tendencia preocupante: el país parece inclinarse hacia opciones políticas extremas, en lugar de adoptar posturas más moderadas. En este contexto, numerosos candidatos que promueven propuestas conciliadoras se esfuerzan por mantener su relevancia en el debate electoral.

Radicalización y Política de Identidades

La política contemporánea está marcada por el ascenso de las identidades y emociones, que han reemplazado los debates racionales sobre propuestas concretas. Este fenómeno de espectacularización y radicalización de los liderazgos también se observa en Colombia, donde las opciones extremas parecen ganar popularidad. Si las elecciones presidenciales se celebraran mañana, los votantes tendrían que elegir entre la continuidad del proyecto de Gustavo Petro y una versión radical de la derecha que evoca oscuros episodios del pasado.

El Llamado a la Moderación

Ante este panorama, se hace necesario promover valores fundamentales como la moderación y la decencia en la política. La tendencia actual a elegir líderes que insultan y descalifican a sus oponentes amenaza con minar los valores democráticos, como la tolerancia y el civismo. La construcción de una nación transformada no puede depender de discursos que buscan aplastar a los rivales, ni de líderes que consideran a sus críticos como enemigos de la voluntad popular.

Retos para el Futuro

Las encuestas recientes muestran una inclinación hacia propuestas que reivindican aspectos negativos del legado político colombiano, tales como la visión militarista que considera la fuerza como la solución a los problemas del país. En lugar de ello, el enfoque debe estar en la creación de un programa sostenible que aborde las complejidades y desafíos del país durante un período presidencial completo.

Hacia la Reconciliación Nacional

A pesar de que la demagogia y la agitación pueden atraer la atención inmediata de los ciudadanos, los liderazgos que promueven la moderación son esenciales para lograr la reconciliación nacional. Después de años de división, es fundamental aceptar el desacuerdo con civismo y construir puentes entre partidos y líderes políticos. Este año, Colombia no debería sentir la necesidad de elegir entre extremistas que exacerbaban las heridas sociales y que tienen como prioridad la polarización.

La necesidad de un debate constructivo y respetuoso se torna más urgente que nunca, sentando las bases para una nación que aspire a ser más tolerante y cívica.

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