La escritora Cristina Rivera Garza, originaria de Matamoros, Tamaulipas, ha dedicado tres décadas a reconstruir la historia de su hermana Liliana, quien fue asesinada en 1990 a la edad de 20 años por su exnovio. Esta travesía emocional culminó en la publicación de El invencible verano de Liliana (Random House), una obra conmovedora que le valió el Pulitzer en 2024. El lanzamiento del libro coincide con el 25 de noviembre, Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, y se celebrará como un monólogo teatral en el Centro Cultural Conde Duque de Madrid, interpretado por la actriz Cecilia Suárez, adaptado por Amaranta Osorio y dirigido por Juan Carlos Fisher.
Rivera Garza llegó a la Casa de México en España en un frío día de noviembre, con signos de jet lag tras su reciente llegada desde Estados Unidos. Al sentarse, se quita el abrigo y comienza a hablar, luciendo unas pequeñas gafas doradas que evocan las que su hermana usaba. «No quiero que la gente conozca a Liliana como una víctima, sino como una persona agradable, inteligente y chistosa», afirma, subrayando la necesidad de construir una memoria colectiva que honre su recuerdo y el de miles de mujeres asesinadas.
Una voz literaria contra la violencia
Cristina Rivera Garza es una líder en el panorama literario latinoamericano, cruzando fronteras geográficas y literarias. Su obra abarca narrativa, investigación histórica, poesía y ensayo, siempre abordando temas profundos y sensibles. En México, diez mujeres son asesinadas cada día, un dato alarmante que convierte sus relatos en una forma de denuncia.
Reflexiones sobre el proceso de escritura
Pregunta. ¿Cuándo sintió que estaba lista para escribir la historia de su hermana Liliana?
Respuesta. Realmente, una nunca está lista para escribir. Muchas veces, la escritura se impone en el proceso. No estuve lista hasta que como sociedad logramos contar esta historia de otra manera.
P. ¿En qué sentido?
R. Una que cuestione las narrativas patriarcales y que dé espacio a las perspectivas de las mujeres. No quería enfocarme solo en el asesinato; buscaba que los lectores vivieran lo que sentí al abrir las cajas de mi hermana.
Descubriendo a Liliana
P. ¿Descubrió aspectos de su hermana que no conocía?
R. Sí, su sentido del humor, su sarcasmo. Sabía que era agradable y divertida, pero no conocía la profundidad de su ironía. Ella era la verdadera escritora de la familia.
El duelo y la memoria
P. ¿Cómo se combinan el dolor y la escritura de esta historia?
R. Los duelos en casos de violencia suelen ser silenciosos, llenos de culpa y vergüenza. Publicar el libro ayudó a extender el duelo y a abrazar a otros a través del lenguaje del dolor.
Creando comunidad a través de la literatura
P. Su libro ha resonado con muchas personas, ¿qué destaca de ello?
R. He tenido conversaciones íntimas con lectores que han encontrado en la historia de Liliana un punto de inflexión, ayudándoles a identificar problemas como los celos y la manipulación.
Conexiones significativas
P. ¿Cómo fue hablar con los amigos de su hermana tras tantos años?
R. Fue impresionante ver su generosidad. La conversación se había estancado durante 30 años y esta fue la primera oportunidad para reflexionar juntos sobre un evento que cambió nuestras vidas.
Redefiniendo la justicia
P. ¿Cree que recordar a Liliana es una forma de hacer justicia?
R. Definitivamente. La memoria colectiva a favor de las víctimas es una forma de justicia. Aunque la justicia legal no se haya logrado, recordar a Liliana y a otras mujeres es clave en la lucha contra la violencia de género.
El teatro como una nueva dimensión
P. ¿Qué aporta el teatro a su libro?
R. Lo veo como una traducción. La experiencia en el teatro es única; la conexión entre la actriz y el público crea una atmósfera potente que no se reproduce al leer el libro.
El poder del lenguaje
P. Usted menciona que la falta de lenguaje nos condena, ¿qué hacemos cuando faltan las palabras?
R. Debemos hablar más y no considerar estos crímenes como pasionales. La violencia de género tiene raíces estructurales y hablamos de un problema que crece con el tiempo.
El teléfono 016 está disponible 24 horas al día para atender a víctimas de violencia machista. La línea es confidencial y no queda registrada en la factura telefónica. En caso de emergencia, se puede llamar al 112 o a las líneas de asistencia de la Policía Nacional y la Guardia Civil.