Pablo Longueira, figura prominente de la política chilena por más de tres décadas y líder histórico de la Unión Demócrata Independiente (UDI), aseguró en diciembre de 2023 que la coalición Chile Vamos —compuesta por UDI, Renovación Nacional (RN) y Evópoli— podría enfrentar el mismo destino que la Concertación si no recibe un liderazgo efectivo. Este pronóstico se hizo realidad el domingo 16 de octubre, cuando la candidata presidencial del sector, Evelyn Matthei, obtuvo apenas el 12,4% de los votos, posicionándose en el quinto lugar entre ocho candidatos. A su vez, el candidato del partido republicano, José Antonio Kast, logró un 23,9% y avanzó a la segunda vuelta, que se celebrará el 14 de diciembre, enfrentándose a la candidata comunista y exministra del Trabajo, Jeannette Jara, quien alcanzó el 26,8%.
Las declaraciones post-electorales del alcalde de Santiago, Mario Desbordes (RN), resaltaron la descomposición interna de la coalición: “Chile Vamos está muerto”, proclamó, mientras que el exministro Cristián Monckeberg (RN) indicó que la coalición “está en su etapa final”. Longueira elevó la crítica al afirmar que “Chile Vamos nunca existió”, definiéndola como una mera sigla que aglutinaba partidos sin una organización real. En este sentido, destacó que la única coalición que ha demostrado estructura fue la Concertación, que gobernó durante cuatro períodos consecutivos entre 1990 y 2010.
En contraste, Guillermo Ramírez, actual presidente de la UDI, calificó las afirmaciones de Longueira como una exageración, defendiendo la existencia y la viabilidad de Chile Vamos. Hasta junio de este año, Matthei era considerada la favorita para alcanzar La Moneda; sin embargo, su inesperada derrota ha provocado una reevaluación de las estrategias políticas dentro de la derecha chilena. El apoyo de Kast por parte de los principales sectores de la derecha y el respaldo del Partido Nacional Libertario, liderado por Johannes Kaiser, de la ultraderecha, han generado una nueva dinámica electoral. Con más del 50% del apoyo entre las tres derechas, el desafío electoral se intensifica, especialmente con el ingreso del populista Franco Parisi, fundador del Partido de la Gente, que logró el tercer lugar con un 19% y obtuvo representación en el Congreso al elegir a 14 diputados.
Un futuro incierto para la derecha chilena
Longueira, recientemente absuelto del Caso SQM, ha compartido su análisis tras la elección, enfatizando que la reciente derrota representa “la peor pérdida política y cultural” para la izquierda en Chile. Afirmó que ningún gobierno ha enfrentado un rechazo tan significativo desde el retorno a la democracia en 1990, subrayando que esta situación es un cambio cultural notable que la derecha debe aprovechar.
El exlíder de la UDI planteó la necesidad de construir una gran coalición que abarque desde el Partido Nacional Libertario de Kaiser hasta el Partido de la Gente de Parisi, buscando una estructura de gobernanza que facilite una estabilidad política a largo plazo. Longueira advirtió sobre los peligros de un enfoque rígido, sugiriendo que una administración profundamente arraigada en la derecha requerirá una amplia base de apoyo para cumplir las expectativas generadas entre los electores.
Volviendo a reiterar la idea de unión entre sectores de la derecha, Longueira mencionó la cifra del 62% que en 2022 rechazó la propuesta de nueva Constitución promovida por la izquierda, como una base sobre la cual construir una nueva estrategia electoral. La evidencia de un posible cambio en el escenario político queda reflejada en el hecho de que Kast, obteniendo un 25% en la primera vuelta, no tendría el respaldo suficiente para gobernar sin una asociación más robusta.
Longueira concluyó enfatizando que, al llegar al Gobierno, las mayorías obtenidas en segunda vuelta no siempre reflejan un respaldo total a los programas propuestos en la primera vuelta. Advirtió que confundir un voto de castigo hacia el gobierno actual con apoyo a un proyecto político podría llevar a errores fatales en el mandato. Su análisis presenta un claro panorama sobre la fragilidad y la necesidad de adaptación de la derecha chilena en un contexto político cambiante.