Presidenciales en Chile 2025: El enfoque en la lucha contra el crimen
En Chile, el domingo 16 se llevarán a cabo las elecciones presidenciales correspondientes a 2025. La campaña, que culminó el pasado jueves, ha tenido como eje central la lucha contra el crimen. Los tres candidatos de la derecha que compiten por la presidencia, Evelyn Matthei, José Antonio Kast y Johannes Kaiser, han adoptado discursos radicales. Matthei, en particular, ha advertido que los delincuentes enfrentarán “cárcel o cementerio”. Por su parte, Jeannette Jara, la candidata del oficialismo de Gabriel Boric y militante comunista, se ha visto obligada a abordar un tema tradicionalmente alejando de su partido: la criminalidad en aumento, que incluye asaltos y robos.
La percepción de inseguridad en la población chilena
La preocupación por la delincuencia ha generado un clima de temor entre la ciudadanía. Según la última encuesta del Centro de Estudios Públicos (CEP), una considerable mayoría de los chilenos apoya la idea de “suprimir todas las libertades públicas y privadas para controlar el crimen”. En este contexto, los candidatos de la derecha se posicionan como favoritos para las elecciones de 2026-2030, prometiendo un cambio y una mano firme contra la criminalidad. Sin embargo, la postura de Jara contrasta con esta visión. En un mitin en Santiago, afirmó: “Chile no se cae a pedazos; es un gran país”. La respuesta de Kaiser fue contundente: “Este país no se está cayendo a pedazos, sino a balazos”.
La evolución de la delincuencia en Chile
Juan Pablo Luna, académico uruguayo establecido en Santiago, ha analizado la situación de los mercados ilegales en la región. Según Luna, “el consenso hasta hace unos años era que países como Chile, Costa Rica y Uruguay tenían estados suficientemente fuertes para enfrentar este desafío”. Sin embargo, la creciente importancia de los mercados ilegales ha cambiado ese paradigma. “Hoy vemos que Chile, junto a esos otros países, enfrenta dificultades ante la expansión de la ilegalidad y el surgimiento de bandas delictivas”, explica el académico de la Escuela de Gobierno de la Universidad Católica.
Cuando Gabriel Boric asumió la presidencia en marzo de 2022, la inseguridad pública no figuraba entre sus prioridades. Sin embargo, el clamor ciudadano por un control más eficaz de la criminalidad llevó a un cambio en su plan de acción. En septiembre del mismo año, Carolina Tohá, del Partido Socialista, asumió el Ministerio del Interior, lidiando con una nueva forma de delincuencia transnacional que ha traído consigo un aumento en la violencia y un uso más frecuente de armas de fuego.
Las estadísticas de la violencia
De acuerdo con el Informe nacional de víctimas de homicidios consumados en Chile de 2024, la tasa de homicidios se ha elevado a 6,0 por cada 100.000 habitantes, el doble que hace una década. Luis Cordero, ministro de Seguridad Pública, afirmó que “Chile debe aspirar a volver a las tasas que tenía hace diez años, en torno al 3,0”, enfatizando la necesidad de reducir la violencia y restringir la circulación de armas de fuego.
A pesar de esta situación, es importante señalar que la tasa de homicidios en Chile es significativamente más baja que en otros países de la región, como Ecuador, que registra 38 homicidios por cada 100.000 habitantes. Sin embargo, el miedo a ser víctima de un delito es elevado en Chile, con el país encabezando los índices de temor a nivel mundial. Daniel Johnson, director ejecutivo de la Fundación Paz Ciudadana, ha señalado que, si bien la violencia ha aumentado, Chile aún no presenta los niveles de criminalidad más alarmantes en comparación con otros países de América Latina.
Las propuestas de los candidatos
Los candidatos a la presidencia han presentado diversas propuestas en respuesta a la creciente preocupación por la delincuencia. Matthei propone la construcción de cárceles de alta seguridad en el desierto de Atacama, mientras que Kaiser sugiere la aplicación de la pena de muerte para ciertos delitos. Kast ha lanzado el Plan Implacable, que incluye la revisión de la legítima defensa, y Jara se ha concentrado en la eliminación del secreto bancario para rastrear el dinero ilícito. La dinámica de esta elección se centra, sin duda, en el desafío del crimen y la seguridad en Chile.