Colombia recuerda la tragedia del Palacio de Justicia: 40 años de memoria y verdad

Colombia recuerda la tragedia del Palacio de Justicia: 40 años de memoria y verdad

Las altas cortes de Colombia concluyeron este viernes las conmemoraciones por los 40 años de la toma y retoma del Palacio de Justicia. En un emotivo acto, los líderes de la rama judicial depositaron rosas blancas ante una placa conmemorativa en la plazoleta del edificio reconstruido. Este homenaje recuerda cómo el asalto del grupo guerrillero M-19, junto con la brutal respuesta militar, desangraron al poder judicial entre el 6 y 7 de noviembre de 1985. Las flores fueron colocadas bajo la frase “¡Qué cese el fuego!”, una súplica de Alfonso Reyes Echandía, entonces presidente de la Corte Suprema, que refleja la impotencia de la justicia antes de ser asesinado. Cuatro décadas después, sus sucesores expresaron su desolación ante la falta de respuestas y la persistencia de un conflicto de narrativas que borra el dolor de las víctimas: asesinados, torturados, desaparecidos y sobrevivientes.

Interrogantes No Resueltas

El presidente de la Corte Constitucional, Jorge Enrique Ibáñez, presentó un listado de dudas que permanecen sin resolver, a pesar de diversas sentencias judiciales y comisiones de la verdad. ¿Quiénes financiaron la toma? ¿Qué ocurrió con la seguridad del Palacio de Justicia? ¿Cuál fue el destino de cada juez y funcionario? Las preguntas son muchas y, según Ibáñez, la impunidad sigue siendo una herida abierta, ya que solo se ha investigado una mínima parte de los hechos.

Especulaciones y Narrativas Cruzadas

La falta de claridad ha conducido a especulaciones diversas. El presidente Gustavo Petro, quien formó parte del M-19, minimizó la responsabilidad de sus antiguos camaradas al afirmar que “ningún magistrado tiene disparos provenientes de las armas que eran del M-19,” contradiciendo testimonios que sugieren lo contrario. Por otro lado, el expresidente Álvaro Uribe ha solicitado una norma que exonere a los militares que intervinieron en el rescate del Palacio, a pesar de una sentencia de la Corte Interamericana de Derechos Humanos que critica la respuesta desproporcionada del Estado.

La Guerra de Relatos y Recuerdos

Los magistrados expresaron su preocupación por esta dinámica de narrativas. Ibáñez subrayó que «los pactos de silencio» obstaculizan el acceso a la verdad, lo que alimenta la especulación y la falsedad. Mauricio Rodríguez, presidente de la Comisión Nacional de Disciplina Judicial, advirtió que no se debe permitir que relatos equívocos distorsionen la memoria, lo cual ofende a las víctimas y humilla a los muertos. Luis Alberto Álvarez, presidente del Consejo de Estado, destacó que “los bastiones de verdad” son cuestionados cada año, enfatizando que exaltar la imagen del M-19 ofende a quienes sufrieron a causa de sus acciones.

Responsabilidades Compartidas

Los líderes judiciales coincidieron en que tanto el M-19 como la fuerza pública comparten responsabilidades. Ibáñez enfatizó que el ataque a sangre y fuego del M-19 y la decisión militar de no negociar exponiendo vidas humanas son innegables. Jorge Vallejo, presidente del Consejo Superior de la Judicatura, refutó la idea de una «romántica subversión», subrayando que lo que sucedió fue un acto terrorista, mientras que Rodríguez criticó al gobierno de Belisario Betancur por silenciar a los medios en un momento de crisis.

Llamado a la Memoria y la Verdad

Durante la conmemoración, los familiares de las víctimas también tuvieron su voz. Fragmentos de un libro de memoria fueron leídos por la hija de César Rodríguez, el nieto de Héctor Beltrán y el nieto de Carlos Urán, quienes enfatizaron que “la memoria es resistencia, dignidad y futuro”. Al unísono, clamaron por la verdad como un elemento crucial para alcanzar la paz.

Misa en Recuerdo de las Víctimas

El acto de conmemoración culminó con una misa en la Catedral, a la que asistieron magistrados, sobrevivientes y familiares. Joselín Sánchez, una auxiliar de la Corte Suprema que trabajó durante la toma del M-19, compartió su experiencia al participar en estas conmemoraciones por primera vez. A pesar de la emoción que sintió, mencionó su pesimismo acerca de conocer la verdad: “Nunca se sabrá la realidad de todo lo sucedido”, reflexionó, señalando el agotamiento del debate en torno a este doloroso capítulo de la historia colombiana.

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