Rosalía emocionó al público del Roig Arena de Valencia durante los LOS40 Music Awards celebrados el viernes. La artista catalana abrió la gala con una actuación de cuatro minutos que dejó a 18.000 espectadores electrizados. Desde el inicio, con las cuerdas de Reliquia interpretadas por una orquesta, se creó una atmósfera cautivadora que culminó en un espectáculo visual impresionante.
Un comienzo impactante
Al inicio de su actuación, Rosalía apareció rodeada de cruces encendidas que proyectaban la letra de la canción. La interpretación marcó la primera vez que presentaba en directo un tema de Lux, su esperado cuarto álbum que se lanzó el mismo día. Con un solo rayo de luz iluminándola, la artista giró sobre el escenario mientras el ritmo aumentaba, llevando al público a un clímax de emoción. En los últimos segundos, cientos de papeles que simulaban partituras cayeron del techo, añadiendo un elemento visual a su impresionante voz.
Elementos musicales contemporáneos
La canción Reliquia inicia con instrumentos de cuerda, pero pronto incorpora un ritmo electrónico que otorga modernidad a la pieza. En su clímax, se escucha un estilo que recuerda al drum and bass de los años noventa, intercalado con palmas, un elemento distintivo del flamenco, que se extiende por su nuevo álbum. La letra, que narra las aventuras de la protagonista en ciudades como París, Los Ángeles, Milán y varias ciudades españolas (Jerez, Barcelona, Madrid y Granada), agrega un componente narrativo fascinante.
Filtraciones previas y lanzamiento
Reliquia es el segundo tema de Lux y fue objeto de atención cuando se filtró en Spotify a principios de semana antes de ser retirado. Este incidente formó parte de una campaña de promoción interesante que culminó en el lanzamiento del álbum. Aunque el disco completo está disponible en plataformas digitales, la versión física, que incluye tres temas adicionales, solo se puede escuchar en formato vinilo y CD.
El paso de Rosalía por la alfombra roja
Antes de su actuación, Rosalía acaparó todas las miradas en la alfombra roja, donde las solicitudes de autógrafos la rodearon. Vestida completamente de negro y con un top emplumado junto a unas gafas-máscara que cubrían parte de su rostro, la artista se enfrentó al frenesí de los periodistas con gran carisma, respondiendo brevemente a las preguntas en medio del caos. Su presencia contrastó con la imagen de monja vestida de blanco que aparece en la portada de su nuevo álbum, algo que mencionó en esos momentos. La artista se mostró sorprendida por las expectativas que la gente tenía sobre su nuevo trabajo.